República de las Letras

El neofascismo entra en el Congreso

Enhorabuena a los y las que con su voto han defendido la democracia del asalto de los ultras

No se ha podido evitar. El irresponsable mimetismo de PP y Cs con los lemas y el estilo de la ultraderecha, junto con la también irresponsable -inexplicablemente irresponsable- desunión de la izquierda han polarizado al país. Que PP y ultras son lo mismo ya se sabía antes de votar. Y que el PSOE sigue deshojando la margarita de su eterno dilema socialdemocracia-socialismo, en una tragicomedia vergonzante, también. Pedro Sánchez siempre ha preferido formar gobierno con Rivera antes que con Iglesias amparándose en que no hay que asustar al IBEX-35, ni a la clase media, ni a Trump, ese extremista que malgobierna el imperio. Pero también porque el PSOE ya no podría dar marcha atrás de los sucesivos abandonos y renuncias que ha ido dejando en el camino como despojos de lo que fue y ya no es. El caso es que la extrema derecha, el neofascismo de estilo cutre y casposo, el franquismo resabiado y mediocre, está ya en el Congreso, en el Parlamento. Entonces, ¿qué va a ocurrir ahora?

Lo que ocurra, para más inri, no va a depender de las políticas de la izquierda y la derecha, sino de las de los propios ultras. Las dos derechas, una porque ya es extrema -PP- y otra porque se ve empujada por el independentismo catalán -Cs-, van a mimetizarse, como suelen, con el neofascismo, van a profundizar la polarización cainita de este pobre país y van a empujar a esta sociedad que sólo quiere vivir en paz, en progreso y en justicia, a derroteros peligrosísimos dados los antecedentes históricos de España: el franquismo puede volver. Será un largo proceso. Consumirá muchos -o pocos- años. Pero no lo dude nadie. Si no seguimos participando, votando masivamente, el franquismo, que ha asomado la patita en estas elecciones y se nos ha colado en el Congreso, puede volver. No como fue. No con aquel estilo. Pero puede volver. Y la apropiación de los símbolos nacionales por lo más rancio del conservadurismo seguirá como hasta ahora, e incluso irá a más.

Mientras tanto, enhorabuena a los y las que con su voto han defendido la democracia del asalto de los ultras. Enhorabuena a los y las que, en esa coyuntura, han confiado ese voto a la izquierda en defensa de sus intereses de clase amenazados por ladrones, neonacionalistas y neofascistas. Y enhorabuena al PSOE, que una vez más ha sido el instrumento de gran parte de la ciudadanía para salvar la democracia. Enhorabuena, España. Por ahora.

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