Carta del Director/Luz de cobre

Los "niños" del PP alcanzan el poder

No llegan tiempos fáciles. La fragmentación de la derecha pondrá a prueba la capacidad de seducción de todos ellos

La proclamación de Javier Aureliano García a finales de junio como presidente provincial del Partido Popular de Almería supondrá, de facto, que quienes a finales de los años noventa y primeros del 2000 fueron bautizados como "los niños" alcancen todo el poder en esta fuerza política.

Ha sido una tarea ardua, cocida a fuego lento en todos los fogones. Pero aquel grupo que lideraba el propio Javier Aureliano, acompañado por Pablo Venzal, Francisco Amizián, Juanjo Alonso,Manolo Guzmán o Miguel Ángel Castellón y en menor medida otros como Ramón Fernández Pacheco o Carlos Sánchez, logrará el objetivo trazado hace tres décadas, en algunos casos dos, nunca sobre papel, pero si en los mapas virtuales de sus cabezas, de un cuadro dirigente de "amigos", que se fogó en Nuevas Generaciones y que ha estado en todas las batallas, ya sean grandes o pequeñas, que se han producido en el partido conservador en Almería. Todos, sin excepción, llevan en sus alforjas experiencia suficiente. Curtidos como pocos han vivido por la política y de la política desde su época universitaria. Incluso algunos desde el mismo instituto. Tras ellos queda un reguero de trabajo, de despacho y de calle, de negociaciones y rupturas, de intrigas y mesas camilla, en el que el objetivo era la victoria o, como mal menor, sobrevivir o quedar maltrecho o herido, aunque nunca muerto. Siempre, claro está, en términos políticos.

En ese trasiego han contado en los tiempos de Luis Rogelio Rodríguez, mentor de muchos de ellos y quien los catapultó a la cima haciéndolos concejales, diputados o asesores. Las dos décadas de Gabriel Amat han supuesto la consolidación del grupo como un todo, con alguna escisión y desacuerdos. Pero nunca el agua ha llegado al río.Y ahora, en junio de 2021, llega el momento de la verdad para todos ellos. El tiempo en el que llegados a la cima sólo queda permanecer en ella o comenzar la lenta pero inexorable decadencia que provoca el ejercicio del poder. No llegan tiempos fáciles. Al contrario. La fragmentación de la derecha en tres partidos va a poner a prueba la capacidad de seducción, el compromiso con su electorado y la competencia de todos ellos para ejercer el liderazgo en tiempos de turbulencias. Los primeros pasos de Javier Aureliano han sido tan de tanteo como inteligentes. Nombrar a su "amigo" Ramón Fernández Pacheco, alcalde también de la ciudad, su número dos supone el primer paso de la "pax romana", en un PP en el que conviven desde el Congreso Nacional que elevó a Casado a la presidencia dos sensibilidades bien delimitadas. A partir de aquí definir el congreso, atraer voluntades y adhesiones y confirmar que la capacidad de 'torear' en plaza de primera no sólo era factible y ejecutable sobre el papel, sino que se traslada al ruedo con decisión, firmeza, mano izquierda y templanza, mucha templanza.

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