Ni tres meses confinados, ni miles de muertos en todo el mundo, ni los rebrotes que hay por toda España están sirviendo de obstáculo para que muchísimos españoles hagan lo que les plazca sin pensar en que la situación que se produjo por la COVID-19 pueda volver a sus orígenes. ¿Una segunda oleada? Es impredecible. ¿Qué es lo que podemos ver en muchos espacios? Nula existencia de distancia de seguridad en las playas, el continuo apego y el tradicional saludo español de darse dos besos o dar la mano, o juntarse al siguiente de la cola en los supermercados para llegar primero a la caja. También se ven a muchas personas como asoman su nariz tras la mascarilla mientras que arrojan los productos a la cesta de la compra. Pequeños detalles que pueden marcar el inicio de una segunda oleada o simplemente contagiarse o contagiar a cualquier persona a la que los efectos pueden ser mortales. Hay que salir a la calle, pero con moderación y mucha cautela. Las mascarillas no solo sirven para evitar las multas o que te dejen entrar, sino que son necesarias para preservar la salud.