El medio y el ambiente

Lo nuevo y lo clásico

En cuanto a mi música vespertina: Wagner, es racionalismo puro y pienso que la política no lo es

Deste pasado domingo, Pedro Sánchez explicó a los periodistas que el Gobierno tendrá varias voces, pero siempre la misma palabra.

Mientras eso ocurría, yo estaba a lo mío con el acompañamiento de la cantata Carmina Burana, compuesta por Carl Orff. El título se debe a un manuscrito con una colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII. Lo de goliardo era algo así como nuestros pícaros (de aquella época) y algunos clérigos vagabundos, según la Wikipedia.

Cuando ya avanzada la tarde me enteré de lo dicho por el Presidente, estaba escuchando otro tipo de música: El ocaso de los dioses de Richard Wagner.

Pero el meollo de la cuestión me bullía en la "sesera". La frase de las voces y la palabra. Así que he llamado a dos antiguos compañeros docentes de Instituto, de Letras (de las de estudiar, no de aquellas de las culebras rojas que a veces pagábamos) y "hemos llegado a la conclusión" de que la cita puede, parece ser que, da la impresión de que tiene relación, curiosamente, con el apologeta cristiano Tertuliano, De testimonio animae 6,20, dice algo así como: "De entre todos los pueblos, una sola es la Humanidad: distinto es su nombre, una su alma; distinta es su voz, uno solo su espíritu; …".

Si da la casualidad de que esa es la fuente de la cita, me alegro. Entre otras razones porque los apologetas cristianos me caen bien, ya que "eso" de usar la razón para explicar la Fe me gusta, por ser éste un procedimiento que no le puede resultar extraño a alguien con formación científica, hoy que tanto se habla de la gran importancia que tiene el binomio ciencia-técnica. Pero es que además, si tenemos capacidad de razonar, para qué mejor usarla que para ese fin. Pero el caso es que me resulta curioso que esa sea la fuente.

Y en lo referente a mi música dominical, Carmina Burana me gusta porque irradia el espíritu de los pícaros del manuscrito que inspiró a Orff, comparable a nuestra picaresca clásica, así como a los personajes de Tony Leblanc en sus películas de juventud ambientadas en el Madrid castizo. Pero no puedo dejar de citar a Fernando García Lara, con su lección inaugural de curso en la UAL sobre "Picaresca en la política española actual" o algo así (cito de memoria). Ahora todo es más burdo y los personajes ingeniosos se han tornado siesos y contagian pesimismo.

En cuanto a mi música vespertina: Wagner, es racionalismo puro y pienso que la política no lo es. Comparto la opinión de los que la llaman arte, porque ¿dónde está la lógica de todo lo que lleva vivido este país desde hace ya demasiados años?

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