Lo conseguimos. Hemos llegado a enero, atravesado cenas, test de antígenos, más cenas, más test de antígenos, polvorones, pcr, más polvorones, aislamientos y roscones de reyes, y al fin estamos dispuesto a afrontar 2022, al que, a estas alturas, ya solo le pido ver la Nochevieja del año que viene con todos mis órganos intactos.

Afortunadamente la situación laboral comienza mejor que el ya famoso oso polar de la cabalgata de Cádiz. Este año, especialmente a partir de abril se comenzará a apreciar la reforma laboral 2021. Para comprobar sus efectos partimos en Almería de una cifra de paro registrado superior en -tan solo- 356 desempleados más que en febrero de 2020, de forma que el desempleo vuelve al nivel precovid con 56.467 parados y, a final de mes, conoceremos la tasa de paro de la Encuesta de Población Activa.

El paro se redujo en 12.200 personas este año. Y como hablamos del empleo como si fueran las olimpiadas, si, efectivamente, es un record histórico. Matizable por el hecho de que hay 1.600 parados más que en la Navidad de 2019. No obstante, veamos con optimismo este nuevo comienzo, y recordemos que la reducción del desempleo es más difícil en nuestra provincia, ya que somos una de las de mayor crecimiento de la población activa -la que trabaja o busca trabajo- gracias a nuestro nivel de gente joven. Somos, pues, la esperanza del país ya que esos jóvenes pagarán nuestras pensiones, y entonces nos pondrán el AVE, un poco por compensar.

Pero será en la contratación laboral donde apreciar los efectos de la reforma. Este año se han formalizado más de 335.000 contratos, el 10% de ellos fueron indefinidos. El éxito sería la reducción de esas cifras totales y el aumento del porcentaje de los que se firman indefinidos. Es decir, 335.000 contratos laborales en Almería en un año, indica que miles de ellos son de corta duración, muchos con la misma persona. Reducir la cifra total al bajar los temporales, y que descienda el desempleo son los retos y el barómetro con el que se medirá la reforma. Una consecuencia indirecta será, además, que baje el total de perceptores de prestaciones por desempleo, pues ya no habría tantas salidas y entradas en el paro. Incluso se hará más difícil la práctica de contratar uno días, los justos, para acceder a la prestación.

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