Como todas las mañanas, se sentó sobre los cartones que le aislaban de la fría acera. Nada más llegar, escuchaba su taconeo acercándose, llevaba el café en una mano y una tostada en la otra. Solo sabía que se llamaba Ana, y era la única persona que parecía verle, hacía años que creía ser invisible. Hacía tanto tiempo que nadie le había llamado por su nombre, que ni recordaba si alguna vez lo tuvo. A su lado pasaban hombres y mujeres, que absortos en sus pensamientos, o abducidos por la pantalla de un móvil, no veían al hombre que les observaba desde sus pies, con la mirada perdida en un punto inexistente. Ese día escuchó más de un vez que no habría Semana Santa, una verdadera tragedia, no podrían procesionar aquellos cristianos que se casaban por la ley de Dios y se divorciaban dos años después por la ley del César. En su mente sonaba sin cesar la misma frase "Por sus actos los conoceréis". Iban indignados, no poder sacar los Pasos era algo inconcebible, que iban a hacer entonces? Los trajes, las velas, las peinetas y la mantilla, todo preparado para nada, el esfuerzo de un año perdido. Mientras tanto, dos mil años después, hombres y mujeres eran injustamente maltratados, flagelados y asesinados, ante la indiferente mirada de cristianos preocupados por la suspensión de las procesiones. "Por sus actos los conoceréis", seguía bombeando en su cabeza. Tenía hambre, hoy no había venido Ana, era raro. El día era frío, y la humedad le iba calando hasta los huesos, nadie reparaba en él. Quizá se llamaba Pablo, aunque no lo podía asegurar, la voz de su madre se perdía en la bruma de su memoria, era la única que le nombraba con cariño, después el mundo entero desapareció con ella. "Por sus actos los conoceréis", se acercó a él un perro, lo olisqueó y moviendo el rabo corrió hacia su dueño. Le dio una galleta, y con ella entre sus dientes desaparecieron los dos. Hoy nadie le había traído a él una galleta, y al hambre, se unió una triste soledad. Sin embargo, el problema que no dejaba vivir a los transeúntes, seguía siendo la suspensión de las procesiones de Semana Santa. Que desastre! Otro año sin salir las procesiones, pobre Jesucristo, si no salían los pasos representando la pasión, no sería traicionado por Judas, ni apresado en el monte de los olivos , ni sería flagelado, ni Pilatos se lavaría las manos, no sería crucificado, y entonces como iba a resucitar?. "Por sus hechos los conoceréis". Lo devolvió a la realidad una voz conocida y cálida: Pablo, lo siento, hoy he tenido problemas con mi hija, no he podido salir hasta que ha venido mi madre a cuidarla, cerraron el colegio por contagio. Te traigo el café con leche, sin lactosa, como siempre. Tómatelo rápido porque con el frío que hace, se enfriará pronto. Un calor repentino le inundó el corazón. "Por sus hechos los conoceréis", se repitió una vez más. Por hoy había acabado el vía crucis.

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