El 12 de octubre celebramos nuestra fiesta nacional. Tampoco se libra de las garras del cainismo y la ignorancia de histerias históricas teledirigidas. Sueño con el día en el que los españoles lo celebremos con absoluta libertad y madurez, conjugando sin complejos el verbo unir. Tenemos que aprender y asumir nuestra historia con honradez intelectual, sin complejos autodestructivos, ni envidias, ni mitologías esclavas de intereses particulares. Se requiere inexcusablemente afrontar la realidad de la naturaleza humana, compleja, contradictoria, miserable, heroica. Nacemos y morimos. Lo importante es lo que queda entre los dos cabos del hilo de Ariadna. Cada 12 de octubre conmemoramos como nación, como civilización que ha trascendido en el día a día de la humanidad, nuestras luces y sombras. Los fracasos y los logros. Reflexionamos sobre los errores y las injusticias cometidas, a cerca de la belleza y la fealdad que dejamos por este atribulado y apasionante mundo. En ningún tiempo ni lugar jamás nadie tuvo la exclusiva del horror ni la excelencia. Los humanos somos voraces y desprendidos. No tenemos excusas, no de ningún modo, nunca me canso de repetirlo, en 2019 la humanidad ya no puede permitirse el lujo y la frivolidad de esconderse de sí misma. Los españoles somos una nación secularmente mestiza, que continúa escribiendo cuadernos de bitácora navegando por los océanos del tiempo. Tenemos que afanarnos por descubrir de dónde venimos, porque no lo hemos hecho nunca, embarrados por tupidas leyendas de negra envidia y trileros de quinto pelo. Escribo este artículo con la esperanza que albergo como española, humanista de vocación, de rescatar la cultura de nuestro país. Que un día los españoles seamos conscientes de quien fue la reina Doña Toda de Navarra, y María de Molina. Que nos sea familiar Francisco de Vitoria, la Escuela de Salamanca, el Inca Garcilaso, Bernal Díaz del Castillo, José de Acosta, Sor Juana Inés de la Cruz, el Laberinto de la Soledad de Octavio Paz. Nuestra geografía es el Territorio La Mancha, cartografiado por Carlos Fuentes. Velazqueños con música de Albéniz y el Gracias a la Vida de Violeta Parra. Somos el país que dio al mundo a Cervantes, a Fray Luis de León y la cultura política de no rendirse a la injusticia jamás. Colores de mantón de Manila y especias de oriente, poesía y drama es nuestra historia. Galdós por siempre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios