Utopías posibles

La opinión y la ciencia

Si nuestro medio de información favorito es Youtube, Google o las redes sociales, el asunto se vuelve mucho más peligroso

L OS eslóganes de autoayuda proclaman el mantra "sé tú mismo" (salvo si eres imbécil, cabría añadir). Se alaba aquel que habla claro, va de frente, no se esconde, da la cara, etc. Estos mensajes de autoafirmación y alabanza del ego esconden en realidad un peligrosísimo discurso relativista. Todo vale. Da igual lo que defiendas. Sobre todo, sé tú mismo. No te escondas, aunque seas lo peor. Ve de frente, aunque sea en contra del sentido común, pisoteando a quien haga falta, o incluso los derechos fundamentales. Si no entramos en el contenido, en el fondo de aquello que queremos compartir, rebatir, argumentar o discutir, estas frases se pueden convertir en auténticas armas de destrucción masiva.

La democracia se basa en la participación, la libre expresión y la opinión de la ciudadanía, pero tan importante es fomentar la participación como aprender a diferenciar la opinión de la información y de la ciencia. Si nos preguntan la opinión sobre la teoría electrostática del campo cristalino, seguramente la mayoría de nosotros no podemos decir nada. Si mañana, por cualquier motivo, empiezan a hablar en los medios de ello, podremos informarnos, pero cuidado, los medios de comunicación pueden estar sesgados. Recordemos que un periodista no es un científico, ni sabe de todo, sino alguien que recoge lo que otras personas dicen o hacen, las cosas que van pasando en el día a día, la actualidad o puede incluso recoger distintas opiniones, pero pasadas por el filtro de su propia persona, siempre subjetiva. Si nuestro medio de información favorito es Youtube, Google o las redes sociales, el asunto se vuelve mucho más peligroso. Recordemos que cualquier persona puede publicar lo que quiera en la red. Solo alguien con alta formación en química puede saber qué es eso de la teoría electrostática y tener argumentos para opinar. En ese caso, se puede hablar de ciencia, más que de información u opinión.

La ciudadanía tiene derecho a conocer la ciencia con la máxima profundidad posible, a ser informados por personas que de verdad sean reconocidas en las distintas materias, porque solo así se pueden formar opiniones válidas. Sí, sí, ha leído bien: hay opiniones no válidas, aunque tengan derecho a ser expresadas. Resulta primordial que enseñemos a las generaciones futuras, a la vez que aprendemos nosotros mismos y las familias la diferencia entre opinión, información y ciencia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios