Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

El organigrama de la coalición

Sólo tras morir Franco hubo tantos ministerios; con Rajoy llegó a haber 12 menos que en el Gobierno PSOE-UP

Los organigramas son representaciones gráficas de la forma en que una empresa o institución divide el trabajo y establece la jerarquía: qué funciones se hacen y quién es el jefe en cada una de ellas, surgiendo una u otra imagen de cubículos departamentales y sus responsables según la visión del Gran Jefe. También es una forma de expresar los principios y la ideología de la cumbre directiva, y de marcar el territorio y promover o degradar a propios o extraños con una coartada técnica: cuando aterriza un nuevo CEO -rindámonos al barbarismo de máster-, el organigrama tiembla, y más aún tiemblan o aspiran las personas de uno u otra unidad del diagrama de flujos de poder y división del trabajo.

Si hablamos de política -por ejemplo, de un Consejo de Ministros- el reparto de carteras no sólo deberá estar guiado por la eficacia (cumplir los objetivos prometidos), la eficiencia (hacerlo con el mínimo coste) y la más lícita o bastarda ansia de poder del presidente del Gobierno, sino de su ideología y los compromisos que necesita para auparse al sillón de cabecera de la mesa del Consejo, a cambio de concesiones asimétricas (lo diremos otra vez: Andalucía está tocadísima de periferia en este trasiego). Es en el intercambio de estampitas donde la ortodoxia de la gestión empieza a hacer aguas. Si ponemos la manida expresión sensu contrario, es ésta una de las "bajezas de la democracia". Son las reglas del juego.

En el nuevo Gobierno, presidido por un Sánchez que ha pasado de interino a fijo, se perciben pinceladas ideológicas y no poco marketinianas. En los nombres de algunas carteras se simboliza: "Memoria Democrática", "Agenda 2030", "Reto Demográfico", "Inclusión", "Educación y FP" (¿no era Educación la FP?). Pero el dato más sintomático del nuevo organigrama ministerial es el número de cuadros: nunca hubo tanto ministro y ministra. Sólo, qué cosa, en la primera Transición tras morir Franco: el aluvión y la necesidad de consenso hacían obligado el número. Y también, cómo no, las aspiraciones de poder de los tecnócratas provenientes del INI o del Opus Dei. En el organigrama de coalición PSOE-Unidas Podemos sorprende la simplicidad artimética: son 5 ministros más que los 17 de hasta anteayer. Los cinco de Podemos. Hay otro errejoniano "núcleo irradiador" en este organigrama: quién podrá coordinar este entramado, y sus muchas nuevas necesidades departamentales. Y la maraña comisiones, casi laberíntica. Pagarla no va a ser problema. El problema será el duelo de titanes (es un decir). No el cincel con que se ha cuadrado el organigrama.

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