Otoño inquietante

01 de septiembre 2025 - 03:09

Difícil predecir qué puede ocurrir en las próximas semanas, solo existe una certeza: el otoño será inquietante. No se sabe si el Gobierno podrá de presentar los presupuestos porque la palabra de Sánchez o de Montero no valen nada, y sería el tercer año sin PGE. Es incluso posible que peligre el sostenimiento de las pensiones. El presidente de gobierno tiene un nuevo mejor amigo: Arnaldo Otegi, que hace gestiones para que los socios habituales de Sánchez no le abandonen como el desodorante. La clave está en Sumar y en Puigdemont, como siempre. Sánchez solo abandonó el lujo de La Mareta para dedicar cuatro días al lujo que ofrece Andorra a sus visitantes más pudientes. Presionado para salir de su refugio ante la tragedia de los fuegos, visitó las zonas incendiadas, pero sin pisar la realidad prefirió centrarse en los centros de control de incendios. Fue inevitable comparar su actitud con la de los Reyes. Cercanía frente a la distancia.

Se mantienen las apuestas sobre cuánto durará el gobierno. Sánchez está desprestigiado dentro y fuera de España, no puede llevar sus principales iniciativas al Parlamento porque se las tumban y se ha quedado sin papel en la UE. Su equipo lo forman políticos de aluvión. Excepto dos o tres, el resto jamás serían directores generales en un país europeo de cierta entidad. Así pasa lo que pasa.

Los próximos días pueden ser un calvario para un jefe de gobierno falto de respeto por la Justicia, la verdad y la honradez. La apertura del año judicial con la presencia y protagonismo del Fiscal General imputado es inaceptable. Como lo es la inacción ante el persistente problema de los transportes.

El gobierno se consuela con que las próximas comparecencias ante los tribunales de personas relacionados con la Gürtel, coincidirán con las elecciones de Castilla y León, y probablemente con las andaluzas. Pero es consuelo de quienes no saben a qué agarrarse ante tantos frentes abiertos, incluso en sus propias filas. El PP inicia el curso con una reunión por todo lo alto en Aranjuez. Falta le hace. Feijóo pierde fuelle ante Vox y se adivina un debate interno entre los que piden diálogo con Abascal y los que piensan que ese acercamiento daría aire a la izquierda. Los nuevos nombramientos no entusiasman; el talante personal importa siempre, y en política más todavía que el conocimiento. Tellado provoca debate cuando lo que necesita el PP es transmitir seguridad, certezas y proyecto sólido. El paréntesis veraniego no ha traído sosiego. Al contrario: el otoño se presenta tenso, confuso.

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