El padre del socialismo español

Es justo señalar que PSOE y UGT difundieron entre la masa trabajadora el afán por el saber y la cultura

Pablo Iglesias (El Ferrol 18-10-1850 - Madrid 9-12-1925) Todo arrancó un 2 de mayo de 1879, a los pocos años de la restauración borbónica en la persona del rey Alfonso XII, instalados ya en el llamado "sistema canovista". Un grupo de 25 creyentes (así lo recordaría años más tarde Pablo Iglesias) se reunieron en una comida de fraternidad organizada en la fonda Casa Labra, en la calle Tetuán de Madrid. Aquellos dieciséis tipógrafos, cuatro médicos, un doctor en ciencias, dos joyeros, un marmolista y un zapatero fundaron el Partido Socialista Obrero Español. En realidad, su verdadera fundación no llegaría hasta el 20 de julio, fecha en la que una asamblea eligió la primera Comisión Ejecutiva presidida por Pablo Iglesias, aprobando los Estatutos y el Programa. Entre tanta sacudida ideológica y estratégica, el 9 de diciembre de 1925, a las seis y media de la tarde, Pablo Iglesias fallece.

Su figura es de aquellas que quedan estigmatizadas con trazos imborrables en las personas. Toda su vida fue un espejo de austera ciudadanía. Su entierro se convirtió en una multitudinaria manifestación de duelo de la clase obrera por la pérdida de una figura que para muchos se aproximó a la de un santo laico. Era un hombre extraordinario. Despertaba verdadero fanatismo. Su gran mérito, la tenacidad que propició que aquel pequeño grupo, haya estado presente y activo en el cambiante panorama político español de los últimos 140 años. Ellos abrieron el camino por el que se sigue transitando. Su esfuerzo, su sacrificio y las muchas penalidades que hubieron de soportar no fueron en vano. Pasaron los años y los avatares propios de la República, Guerra Civil, Dictadura, Transición y Democracia. Son hitos históricos teñidos por las notas de ilusión, el dolor, el sufrimiento y una renovada esperanza que desembocó en las primeras elecciones libres de 1977 encabezadas por el joven abogado, Felipe González, a las que un renovado Partido Socialista Obrero Español concurrió con el slogan, "Socialismo es Libertad", lo que representó a la perfección la continuidad y coherencia de un proyecto político para entonces casi centenario. Es justo señalar que PSOE y UGT difundieron entre la masa trabajadora el afán por el saber y la cultura. Según Rodolfo Llopis, Secretario General del Partido Socialista en el exilio: "Haciendo conciencias libres, hacemos socialistas".

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