El callejón del gato

Las palabras de Corinna

Total, una leyenda que pasará a la historia, aunque con versiones diferentes según se trate

D E acuerdo con que el comisario Villerejo sea un personaje para echarle de comer aparte, pero eso no es motivo para que sus revelaciones sean ignoradas. Por regla general cada vez que se descubre un caso de corrupción la fuente suele ser algún despechado del gremio que tira de la manta, lo que no resta veracidad a las declaraciones formuladas. José Villarejo, en prisión preventiva por organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales, ha sacado a relucir unas grabaciones donde se escucha una conversación de Corinna con Juan Villalonga y el propio Villarejo que ponen en cuarentena la honorabilidad del anterior jefe del Estado. La princesa alemana, cuya amistad íntima con don Juan Carlos de Borbón ya no es materia reservada, al parecer también era cómplice en sus trapicheos financieros. Cuando se intimida más de la cuenta, esas cosas pasan. Por eso no es extraño que Corinna estuviera al tanto de las andanzas de su amigo y sean ciertos los negocios de entrambos que se deducen de sus palabras. Si así fuera, don Juan Carlos siendo rey de España, habría cobrado comisiones por su intervención en contratos del Estado, cuyo fruto era depositado en bancos suizos o en paraísos fiscales, con la intervención de testaferros, la propia Corinna y un experto en la materia, Arturo Fasana, que también lo fuera de Francisco Correa y la familia Puyol. De las grabaciones que han circulado, se deduce que el rey emérito, desde los años 70, ha estado poniendo el cazo cobrando cantidades fabulosas por su participación en operaciones del Estado, tales como los contratos para el suministro de petróleo árabe y el contrato del Ave a La Meca, que según manifiesta Corinna le reportó la friolera de 80 millones de euros. También se aprecia en las grabaciones que el verdadero jefe del caso Noos era el propio Juan Carlos y no su yerno, Iñaki Undargarín. Y parte de las ganancias obtenidas, al parecer fueron incluidas en la amnistía fiscal que dispuso el ministro Cristóbal Montoro en 2012 que, dicho sea de paso, fue declarada inconstitucional. Total, una leyenda que pasará a la historia, aunque con versiones diferentes según se trate. O sometiendo las presuntas infracciones de Don Juan Carlos al imperio de la Ley recayendo sobre su persona las responsabilidades pertinentes si las hubiera, salvando el Estado de Derecho, o hacer la vista gorda para que cualquier escritor haga un relato de los hechos como si España fuera una república bananera.

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