La tapia con sifón

2: pan con tomate

Teniendo en cuenta la emigración almeriense a Cataluña podemos decir que lo llevaron nuestros paisanos

El domingo de feria empezó esta serie de artículos para reivindicar la autoría almeriense de una serie de inventos que otros se han apuntado, tan hábilmente que hoy casi todo el mundo ignora su auténtico origen. Uno de los casos más sangrantes es el del pan con tomate, que los catalanes se atribuyen sin fundamento alguno, como voy a demostrar a continuación. (Dado el poco espacio no incluyo todas las citas y bibliografía; se pueden consultar en "el blog de Molina y Zapata").

En primer lugar, el tomate es un ingrediente relativamente reciente en nuestra alimentación. Aunque Colón lo trajo en el siglo XVI a España, no se aceptó su consumo fácilmente. Hasta mediados del XVIII no aparece en los recetarios españoles. No aparece el tomate en la descripción del gazpacho del Diccionario de la Lengua de 1837. Sabemos por un memorial de 1653 que se empezó a cultivar en Almería y en Canarias, debido al clima parecido al de su zona de origen en México. Desde aquí se fue extendiendo muy lentamente, tanto que en 1972 decía Josep Pla en su libro "Lo que hemos comido": "el gazpacho en estos últimos años ha ido subiendo península arriba". Pla ataca el uso del tomate en los platos tradicionales de Cataluña, lo que demuestra que su introducción en la cocina catalana era muy reciente. Otra cita definitiva (¡de 1972, recuerden!): "El pan con tomate se pone de moda hoy en día". El barcelonés Vázquez Montalbán, que prologa el libro, tampoco demuestra el origen catalán del pan con tomate, aunque en su libro "Recetas inmorales" le dedica un divertido capítulo. En el monasterio de Poblet, uno de los focos del catalanismo, ni siquiera lo ponen en el desayuno que les dan a los alojados en su famosa hospedería (desayuno gratis, por cierto). Y el actual abad, Octavi Vila, reputado investigador en bibliografía y documentación (ver C.V. en el blog), no le dedica ni una línea al pan con tomate en sus muchas publicaciones.

Teniendo en cuenta la numerosa emigración almeriense a Cataluña desde finales del XIX, se puede deducir que el pan con tomate y aceite lo llevaron nuestros paisanos allí. En Mallorca ni siquiera se llama así, sino "pá amb oli". ¡Hasta el tomate de restregar que usan se cultiva en Almería! Es el llamado "roseta". Lo vende una empresa catalana, con envase en catalán, pero se cría aquí y se puede comprar en La Plaza.

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