Pase en profundidad

Fran García / Deportes@elalmeria.es

¿Qué pasará en el nuevo año?

Los problemas económicos que tienen los clubes del fútbol modesto auguran una segunda vuelta incierta

LA cosa pinta cada vez peor para el fútbol modesto en la parcela económica. Y eso es está traduciendo en una incertidumbre que, desgraciadamente, cada vez está más extendida por los clubes del fútbol modesto. De este modo, nos encontramos una Segunda B en la que muchos de los equipos se han forjado a última hora y con unos ínfimos presupuestos que, pese a todo, en muchos casos tampoco se pueden cubrir. Lo peor de todo es que esta situación y esta reflexión no son nuevas puesto que ya se daba el año pasado y el anterior. El problema es que esta cuestión, lejos de solucionarse, cada vez va a más y cada vez son más los equipos que tienen que hacer logaritmos neperianos no ya para forjar una buena plantilla en el apartado deportivo sino para, simplemente, cumplir con los compromisos que tienen adquiridos con las personas que tienen contratadas. Cada vez son más frecuentes los casos de jugadores, técnicos, ojeadores y un largo etcétera que van a diario a hacer su trabajo con la incertidumbre de si recibirán la correspondiente recompensa a ese trabajo y, es más, si podrán percibir lo que se les adeuda del trabajo realizado durante varios meses e incluso algún año atrás. Esto es algo insostenible. Y como no se le ponga solución, el fútbol modesto acabará desmoronándose como un castillo de naipes y quién sabe si llegando a la triste situación a la que se ha dado lugar en otro deporte que tanto amo como es el baloncesto. En el mundo de la canasta, por desgracia, da igual qué tipo de equipo tengas y qué méritos deportivos seas capaz de obtener. Si tienes 'pasta' que poner encima de la mesa, puedes jugar en la categoría que quieras y ascender en los despachos todas las categorías que ese dinero sea capaz de comprar. Y en el fútbol caminamos hacia un ritmo parecido, porque es inviable mantener equipos que cubren su presupuesto a base de contraer deudas millonarias con sus empleados que, en muchos casos, no se saldan.

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