Utopías posibles

El pin y la españa del garrote

El problema es que no hay problema. Es un invento para desgastar, irritar, provocar. Sin más

L A España del garrote vil para las brujas, las impuras, las librepensadoras, las ateas. Sí, así. En femenino, mucho mejor. La España del duelo a garrotazos de Goya, la de quienes se revuelcan en su charco de fango, disfrutando del enfrentamiento. Esa es la España del pin parental, la de las manipulaciones, falsedades, verdades a medias y acusaciones veladas, entre dientes, detrás del visillo, contra la vecina de al lado.

La maestra Carmen Soria nos recuerda en redes que la obligación del funcionariado es velar por el cumplimiento de las leyes. A ningún docente se le pasa por la cabeza contradecir una coma de lo que dice la normativa educativa. Si lo hiciera, ya existen herramientas de control por parte de las familias y de la inspección educativa. Si toda nuestra normativa, desde la LODE (1985) hasta la actual LOMCE (2013) contempla la educación en valores y la igualdad de género, el profesorado tiene que hacer cumplir la ley. Pero además, por si hay alguien despistado en la sala, ¿saben ustedes quién aprobó la ley que actualmente tenemos en vigor? El Partido Popular. Por tanto, no se entiende que ahora se alineen con la extrema derecha, yendo en contra de su propia ley.

El problema es que no hay problema. Es un invento para desgastar, irritar, provocar. Sin más. No han tenido el más mínimo problema en manipular todas y cada una de las supuestas "pruebas" que presentaban en las redes sociales, y ni siquiera piden disculpas, porque como dice mi amigo Miguel Vera, ya han conseguido su objetivo: sembrar el miedo, la duda, la discordia… El pin no llegará a nada, pero han abierto una veda muy peligrosa, la posibilidad de cuestionar cualquier cosa, por ir en contra de los sacrosantos valores familiares. Y si en la familia somos maltratadores, tenemos todo el derecho del mundo a educar en el maltrato. Manda huevos, que diría Trillo. Si el pin se llevara a cabo, de manera radical, muchos docentes estaríamos constantemente denunciados, aunque tengamos posicionamientos radicalmente distintos. El karma tiene estas cosas. Siempre vuelve. Quien sea de derechas puede hacer objeción de conciencia de aquel profe "perroflauta", pero el de izquierdas puede hacer lo propio con aquella profesora de VOX, el terraplanista no quiere que se explique el origen del universo ni los planetas, ni el de religión islámica que se hable de la reconquista. La España a garrotazos, pura y dura.

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