Con un ritmo de vacunación a velocidad de crucero, el primero de los objetivos que se marcó el Gobierno de España para superar la crisis del covid está muy cerca de conseguirse: tener al 70% de la población inmunizada al final del verano. Paralelamente, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha estado trabajando sin descanso en la estrategia que nos permitirá modernizar nuestro país para las próximas generaciones, algo que se ha podido concretar esta misma semana al aprobar la Comisión Europea el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por España.

La oportunidad que se nos presenta es extraordinaria, ya que alcanza los 69.500 millones de euros en transferencias directas, ampliables hasta más de 140.000 en créditos hasta 2026. El desembolso de los primeros 9.000 millones se realizará en julio y a partir de ese momento la transformación del tejido productivo ya será imparable.

El Plan de Recuperación prevé avances importantes en la modernización de la estructura económica y social de España y supondrá el mayor esfuerzo inversor que se ha realizado nunca en nuestro país. Para llevarlo a cabo, se implementarán medidas a través de cuatro ejes: transición ecológica, transformación digital, igualdad de género y cohesión social y territorial.

Los objetivos que se ha marcado el Gobierno de España son la digitalización de más de un millón de pymes, la formación de más de 2,6 millones de personas en competencias digitales, la extensión de la banda ancha al 100% de la población y el

despliegue eficaz del 5G. De la misma manera, supondrá el impulso de 165 destinos turísticos sostenibles, la rehabilitación de más de un millón de viviendas y alcanzar una flota de 250.000 vehículos eléctricos.

Los desafíos que tenemos por delante, como la transición ecológica y la transformación digital, supondrán también un impulso definitivo al empleo, a un empleo estable y de calidad, que permitirá a los jóvenes mirar al futuro con esperanza.

El Plan representa una oportunidad única e histórica para la economía española y la demostración práctica de que se puede salir de una crisis como la que estamos sufriendo de manera distinta a como lo hemos hecho en anteriores crisis, cuya factura terminaron pagando las personas más vulnerables.