Son tantas las ganas de salir que casi todos estaríamos dispuestos a ir a la playa con la mascarilla puesta y que la marca se quedara en la cara. Ya buscaríamos la fórmula para que se disimule lo máximo posible. El caso es pisar la arena.
Son tantas las ganas de salir que casi todos estaríamos dispuestos a ir a la playa con la mascarilla puesta y que la marca se quedara en la cara. Ya buscaríamos la fórmula para que se disimule lo máximo posible. El caso es pisar la arena.
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