De reojo

JOSÉ Mª REQUENA COMPANY

Cada político con su clavo

Hemos aprovechado para reclamar una mejor capacidad de conexión y transporte con nuestra provinciaSi su martillo intelectivo no da para gestionar asuntos complejos, no importa, los golpea y lamina

Es una de las máximas más sutiles del refranero hispano: quien solo tiene un martillo, trata todos sus problemas como si fueran clavos. Un sesgo muy propio de los niños, pero también de adultos inmaduros que lo aplican a rajatabla cuando algo les desborda y que, si se da en un sujeto con proyección social, genera situaciones de peligro público acorde con su estatus. Por ejemplo, si el director de un periódico (que es quien elige lo que leeremos en él, y si va en portada o suelto en lo recóndito) resulta que es un necio, lo que priorizará serán necedades; y si es un chismoso, le encantará ofrecer al lector bulos, por más pluma virtuosa con que los escriba. Pues igual ocurre, aunque sea aún peor, si llega al gobierno algún ególatra tipo Trump o un populista como B. Jonhson: que les encantará afanarse en sus negocios y a sus juergas, claro. O cuando llega al poder algún "analfabeto malogrado" y farsante pertinaz, que va despistando hasta que gobierna y se disipan las dudas: pero ya es tarde. Porque entonces él, como líder electo, selecciona los ministros y las agendas en qué ocupar su jefatura y nuestros recursos. Y si su martillo intelectivo no da para gestionar asuntos complejos, no importa, los golpea y lamina, indolente a las secuelas. Una ecuación de lógica elemental y no insólita entre estos políticos de hoy, entre los que no escasea el currículo que solo acredita la impericia patente del sujeto, y que explicaría lo inexplicable que resulta explicar que la aprobación de los presupuestos del Estado dependa de si se traduce al catalán el 5% del Netflix; o los de Madrid, a que se le dé a Almudena Grandes, la medallita que su literatura ni reclama ni precisa. Y explicaría por qué algún diputado increpa a machamartillo, o con qué frivolidad otros negocian (iba a decir remedian, pero no) los retos territoriales del país, o por qué mientras uno y otros martillean incansables sus chinchetas, sigue desatendido el consenso necesario para regular una enseñanza práctica acorde a los avances tecnológicos, colapsados el CGPJ y los tribunales, a pesar de que la justicia sea insegura y tardía y olvidada la reforma de la Administración, que elimine a tanto cargo y asesor enchufado, que engullen los recursos necesarios para mejorar servicios sanitarios o infraestructuras que requiere el bienestar social. Solo porque las criaturas siguen dando martillazos, raca-raca, cada una a su clavo.

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