La posibilidad del alma

Esta voluntad o autoconciencia es realmente el alma, aquello que nos define como ente libre y pensante

Superado el dualismo cuerpo-alma de la tradición platónica y cristiana occidentales, que veían el cuerpo como algo impuro o pecaminoso, imperfecto o sucio, el dualismo recién estrenado en el siglo XVII por el racionalismo cartesiano inauguró un tiempo nuevo pero no resolvió el problema de una forma más definitoria; muy al contrario, sentó las bases de un conflicto y un misterio que aún todavía hoy es asunto pendiente, no resuelto, por la filosofía contemporánea, dividida en este asunto entre los naturalistas y dualistas. Descartes elevó por encima de otra consideración al yo como un sujeto pensante, aunque, a renglón seguido, reconoció que ese sujeto tenía una corporeidad física, una extensión real que llamamos cuerpo. Curiosamente, reconoció primero su característica de ente pensante, tras dudar de todo -incluida la realidad misma- y concluir con el célebre "cogito ergo sum", antes de aceptar la evidencia del cuerpo. Su realidad física, corpórea, no obstante, fue acogida en su pensamiento como un templo propicio para el disfrute y los placeres, sin ver en ello nada pecaminoso. Pero esta nítida separación entre la materia y el pensamiento, entre la realidad y el espíritu, entre lo físico y la voluntad y la difícil relación entre ambas, generó un problema aún sin resolver que sigue siendo un quebradero de cabeza, ya se enfoque desde la filosofía o desde el pensamiento científico contemporáneos. Somos, obviamente, materia en cambio constante o transformación, pero -y ahí está la cuestión- dotada de una voluntad o deseo, de una mente o determinación, de creencias e intencionalidades que nos llevan a movernos en una determinada dirección. Esta voluntad o autoconciencia es realmente el alma, aquello que nos define como ente libre y pensante, pero, ¿es algo que pueda demostrarse científicamente?; los naturalistas creen que con el tiempo así será y los dualistas sostienen lo contrario. Quizá la solución venga si empezamos a considerar que no existe tal separación entre cuerpo y alma y que, en el fondo, son una misma cosa. Ciertamente la ciencia ha terminado por demostrar que la energía y la materia son una misma cosa. Por lo tanto … ¿qué es la energía sino pensamiento? Con el tiempo concluiremos que no hay la menor distinción entre seres vivos o inertes... que todos son energía y por tanto son vivos y tienen voluntad y determinación, y que la naturaleza - la realidad o la existencia- es solo una.

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