L AS instituciones del sigo XVIII estuvieron dominadas por facciones de corte conservador, ofreciendo gran resistencia al reformismo, que se caracterizó por la gran dificultad de poder expresar las ideas, incluso a través del único medio posible que era la universidad que seguía sin perder su rango democrático; pues bien, hoy la universidad debe contemplar todas las instituciones de la sociedad actual, el estudiante y el funcionario son tan ciudadanos como como el académico, por tanto es necesario frenar el lastre de una oligarquía conservadora que a día de hoy, no solo influye en la libertad de expresión, sino que marca distintas posiciones de poder entre las elites universitarias. Volviendo al XVIII, todas estas circunstancias establecieron un debate que no solo se fijó en la noticia, sino que dio paso a reuniones y tertulias político culturales, siempre al alcance de la opinión pública, que además de informarse pudo expresar sus ideas. Fue una época esplendor, donde publicaciones como el Diario de los Literatos en 1737, gozo de cierto éxito y que dio paso a una verdadera edad de oro, sin embargo en la década de los setenta se manifestó un cierto retroceso que se produjo como consecuencia de experiencias frustradas; pero esto no fue impedimento para que algún erudito divulgase la prosa conjugándola con las ideas de la Ilustración; será en la etapa siguiente, cuando una censura más permisiva, dio mayor esplendor y termino creándose una verdadera prensa que se erigió como un órgano constante de reformismo. Pues bien, si comparamos la situación actual, después de más de mas de 200 años, en la actualidad, este esplendor del que disfruta nuestro país, me sorprende que en una democracia consolidada, predominen noticias como que los derechos sobrepasen a los deberes, la soez y el insulto predomine sobre el sentido común, expresiones como el CHEPAS o EL COLETAS dejan mucho que desear y en el Congreso, cuanto más incendiaria es una noticia, mayor poder de divulgación tiene, cadenas televisivas que ejercen un poder coercitivo emitiendo las miserias personales a costa de dinero, la irresponsabilidad de los jóvenes ante el momento actual, todo esto me lleva a pensar que tenemos una juventud más guapa, de mayor estatura, más preparados que nuestros padres, pero de menos sentido común y más carente de valores; así que después de todo esto, yo le pregunto a la Ilustración: "El hombre ha cumplido su mayoría de edad"

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