El callejón del gato

La propuesta de Casado

Lo que menos le importa a pablo Casado y al PP es la composición del Tribunal Constitucional

Lo que menos le importa a pablo Casado y al PP es la composición del Tribunal Constitucional. Su único objetivo es utilizar las armas que puedan perjudicar al Gobierno y el nombramiento de Enrique Arnaldo como Magistrado del Tribunal Constitucional, era un disparo que no podía fallar. Vivimos una situación anómala con respecto a la renovación de los órganos constitucionales que el PP mantiene bloqueados y, en algunos casos, llevan varios años en funciones. La renovación de las instituciones es una necesidad imperiosa y para ello es necesario que el PP ponga de su parte. Cuando Pablo Casado ofrece a Pedro Sánchez negociar la composición del Tribunal Constitucional, sabe que el presidente del Gobierno no puede negarse, después de haber estado denunciando con insistencia el comportamiento del principal partido de la oposición poniendo trabas a la renovación. Pedro Sánchez acepta el ofrecimiento y Pablo Casado carga las armas. La elección de Enrique Arnaldo no es el resultado de un escrutinio entre los aspirantes más idóneos para ser magistrados del Constitucional, sino el proyectil que Pablo Casado tiene preparado para el ataque. No voy a repetir la cantidad de supuestos casos de corrupción que han salpicado su trayectoria como jurista, ni los lazos que le unen al partido que lo nombra, puesto que llevamos una semana recibiendo noticias sobre su voluminoso currículum cargado de toda clase de trapicheos. Pedro Sánchez tiene dos opciones, aceptar el ofrecimiento que le pone sobre la mesa Pablo Casado o negarse a la renovación del Tribunal Constitucional. Cualquiera de las dos opciones era buena para emprender el ataque. Si aceptaba la propuesta recaerían sobre el PSOE toda clase de críticas por admitir que Enrique Arnaldo forme parte del Tribunal Constitucional, y si no la aceptaba el PSOE sería el responsable de la permanencia de un Tribunal Constitucional que carece de imparcialidad habiendo dado muestras sobradas de su tendencia conservadora. En este caso a Pablo Casado no le podía fallar el tiro, durante la semana pasada todas las críticas han recaído contra el PSOE por admitir que un personaje de dudosa conducta sea nombrado magistrado del Tribunal Constitucional, mientras que nadie ha levantado la voz contra el PP por haberlo propuesto. Otra cosa no sabrá, pero Pablo Casado tenía claro que apostar por un sujeto sospechoso de corrupción para magistrado del Constitucional no le supone ningún desgaste a su partido.

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