Carta del Director/Luz de cobre

La provincia y el 10 de noviembre

La provisionalidad no parece afectar a los sectores básicos de la economía almeriense, pero no debe dilatarse más

Por obra y gracia de aquellos que nos gobiernan y su falta absoluta de empatía, los españoles volvemos a las urnas el 10 de noviembre. Entre detractores y partidarios nos hemos movido estos seis meses, en los que volveremos a votar por tercera vez, -la segunda para elegir un Parlamento-, capaz de lograr una investidura y alejar, de una vez por todas, el fantasma de la provisionalidad. Provisionalidad instalada entre nosotros desde hace ya demasiado tiempo, aunque por fortuna muy poco tiene que ver en nuestro devenir cotidiano. Aún así, la persistencia de la anomalía acabará por pasarnos factura y será entonces cuando aquellos que miran para otro lado tratarán, con la complicidad de todos, de parchear o poner paños calientes a lo inevitable.

En la provincia de Almería la eventualidad tampoco afecta a la vida cotidiana. Los sectores económicos que tiran de nuestro Producto Interior Bruto -agricultura, turismo e industria del mármol- resisten como pueden los impactos de una sociedad convulsa, alejados y sin esperar más ayuda que la que ellos mismos se proveen. Los nubarrones que se ciernen sobre una economía acostumbrada a mil avatares y a sobrevivir en la marabunta internacional podrían atemperarse con un gobierno fuerte y en un país donde el tiempo se aproveche en lo verdaderamente importante y no en banalidades fugaces y de escaso recorrido.

Del envoltorio que permite avanzar en el desarrollo y hacerlo más fácil mejor ni hablar. Aún así, poco cabe esperar de las grandes obras que necesita esta tierra y que están por comenzar, continuar o finalizar. Poca prisa se dieron aquellos que paralizaron el AVE y menos aún la tienen quienes hoy dirigen los destinos del país. Confirmaron la fecha de 2023 propuesta por el ministro de Fomento del Gobierno popular y, desde entonces, se han dado pasos en la dirección correcta, pero pasos sobre el papel y poco más. Lo importante, que son las máquinas en el tajo, siguen sin acometer los trabajos y tal y como está la economía parece que pueden tardar en hacerlo. El agua es otra de las claves del futuro de esta tierra. No tenemos noticias del desbloqueo de la desaladora del Almanzora y tampoco de la conclusión de los trabajos anunciados como la autovía del agua. Y mientras, la sequía acecha y el grifo del Negratín, si no llueve, se puede cerrar en breve, al igual que el del Tajo-Segura.

Con estos mimbres, la provincia vota el 10 de noviembre para elegir a aquellos y aquellas que nos representarán en Madrid y que, en teoría, van a defender en la capital del reino nuestros intereses. A ellos, pues, debemos exigirles propuestas concretas y compromisos ineludibles, en la misma medida y en paralelo a como ellos nos piden acudir a las urnas. El tiempo del contrato en blanco acabó, para dar paso a leer hasta la letra pequeña.

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