Más pueblo y menos pan y circo

La política actual de charanga retórica y pandereta ideológica me lleva cada vez más a pensar que algo no funciona bien

Supongo que, si usted está leyendo estas líneas, tiene suficiente formación intelectual como para reconocer aquello de "pan y circo". Normalmente, nos lo han citado en relación con las guerras de sociedades anónimas que llamamos deporte, pero es mucho más que eso. Como debe hacer todo filólogo, vayamos a la fuente, la Sátira X del poeta romano Juvenal, en la que podemos leer: "...desde que no le vendemos el voto a nadie, el pueblo de Roma ha diluido sus cuitas, pues así como en otros tiempos concedía el poder, sus símbolos, todo, ahora se retiene y solo ansía dos cosas: pan y circo". Dicho en otras palabras: la búsqueda ansiosa de entretenimiento y comida es el punto final de un proceso que empezó con una democracia en la que el voto se compraba. Pan y circo no son una estrategia para atontar al pueblo, sino la consecuencia de un pueblo que renuncia a sus obligaciones hasta que, finalmente, se encuentra al albur de la voluntad ajena.

Digo esto porque la política actual de charanga retórica y pandereta ideológica me lleva cada vez más a pensar que algo no funciona bien. El caso más destacado, aunque no el único, es el del bombardeo con lo de las elecciones de la Comunidad de Madrid, que se han empeñado en convertir en un fenómeno nacional cuando por muchos motivos no lo es. A ver, que tienen seis millones y medio de habitantes de los cuarenta y siete que tiene España (saquen la proporción) y, comparados con Andalucía, son dos millones menos que nosotros. Sin embargo, vociferan sus miserias a todo el país intentando convencernos de que solo importa lo que allí sucede mientras los demás nos vemos obligados a pensar que sus riñas de burdel adquieren una dimensión cósmica cuando, si no hubiera tantos muertos por medio, no dejaría de ser una cómica simpleza.

Estamos en una democracia y se vota con libertad. Si plantean dilemas como los de "fascismo o democracia", "libertad o comunismo" y tonterías semejantes, no es porque realmente se los crean, sino porque es mucho más práctico atemorizar que proponer, asustar que ofrecer, convertir la anécdota en universal que ver si realmente existe algún consenso universal que se pueda alcanzar. Los medios, ansiosos de ingresos, le dan pábulo a tanto cacareo y nosotros, mientras, en medio de la crisis. Hace falta un cordón sanitario: dejar para Madrid las riñas madrileñas y dedicarnos a sobrevivir. Más pueblo y menos pan y circo.

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