Carta del Director/Luz de cobre

Los pueblos más pobres: estadísticas y realidad

La fría estadística sitúa a Turre o Arboleas como los pueblos más pobres. Cualquier parecido con la realidad, pura coincidencia

Los municipios de Arboleas y Turre distan 27 kilómetros en línea recta (unos 45 km por carretera, que se recorren en 35 minutos en coche). Uno, en la comarca de Almanzora; el otro, en el levante almeriense. Cada uno de ellos cuenta con sus propias peculiaridades, pero ahora están unidos por una fatídica estadística publicada por el Instituto Nacional de Estadística: son los pueblos más pobres de la provincia de Almería. Pero, ¿dónde está la pobreza?Así comenzaba el reportaje que este periódico publicaba el pasado 24 de octubre firmado por Victor Visiedo. Y es que atendiendo solo a los datos fríos, los que proporciona el Atlas de Distribución de Renta de los Hogares del INE, cada habitante de Arboleas sobrevive con apenas 7.429 euros anuales. Y en Turre la renta media per cápita es solo 10 euros superior, es decir, de 7.439 euros al año. Una miseria, sobre todo si se compara con la cifra del municipio más rico de España, Pozuelo de Alarcón, donde cada vecino ganó una media de 26.009 euros anuales. Todo ello son cifras del 2020, el año más marcado por el confinamiento, los ERTE y la destrucción de empleos.Esta es la estadística. Los datos fríos que hacen que ambas localidades un año sí y otro también aparezcan como los centros neurálgicos de la pobreza de esta provincia. Y no es verdad. La realidad nada tiene que ver con lo que los datos, tercos, dibujan. A poco que te des una vuelta por ambas localidades, la percepción cambia de forma radical. No se trata de romper con el mito, tampoco de dejar a escala de bono basura a la empresa que realiza el trabajo anual, pero si es cierto que se podían sumar algunas variables que van a romper, no lo duden, una estadística cruel y escasamente creíble.Es verdad que en poblaciones como las que nos ocupan, con un importante número de personas viviendo de nacionalidad británica y seguramente no empadronadas, puedan certificarse los datos. También se tiene en cuenta que ambas cuentan con población flotante inmigrante, mano de obra barata, con ingresos más bajos, que destrozan a la baja cualquier análisis y estadística que se pueda hacer.Generalizar siempre acarrea desigualdad porque se suma al que más gana con el que no tiene ingresos. Y eso, en matemáticas y estadística, se reduce al 50%, pero dos más dos nunca son cuatro. Sea como fuere, lo cierto es que Arboleas o Turre o Níjar o El Ejido o en la propia capital las diferencias son muy pequeñas. Si bien es cierto que hay barrios en los que los ingresos se disparan y otros en los que la renta per cápita de los vecinos tiende a ir a la baja. Nada que objetarDe ahí a hablar de pobreza hay un abismo. Tan grande como que se puede asociar, a poco que dejes correr la imaginación, a chabolismo o indigencia. Y en los casos que nos ocupan, como en otros muchos de la provincia, la realidad dista mucho de ir por ahí.

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