La tapia con sifón

Ya te puedes volver mico

Con ellas hacen en Cádiz las "papas aliñás", que aquí en Almería tienen una variante, con huevo duro y atún de lata

La frase del titular, muy empleada hace años, hoy está en total desuso. Significaba lo mismo que predicar en el desierto o machacar en hierro frío. Eso es lo que me sugieren las recientes declaraciones "alimentarias" del ministro del ramo, que no ha hecho sino repetir las recomendaciones de médicos y nutriólogos: tres raciones de carne a la semana, cuatro de pescado, tres o cuatro de legumbres, cinco (mínimo) de frutas y verduras al día, etcétera, no hay que gastar más espacio en lo tan repetido. ¿Tendrá más éxito el político que los científicos? No es probable. Predica en el desierto, machaca en hierro frío… ya puede volverse mico. Y las razones de esta inutilidad son económicas, como en tantas cosas de importancia. Por un lado, las multinacionales de comida basura y bebidas insanas, tanto fabricantes como cadenas de restaurantes, son muy potentes y emplean ingentes cantidades de dinero en publicidad. En todos los medios posibles. Por ejemplo, en cualquier bloque publicitario de unos minutos, dentro de un programa televisivo de máxima audiencia, hay no menos de tres o cuatro anuncios de hamburguesas, pollo frito del tío de la barbita, pizzas congeladas, dulces, bebidas energéticas o zumos azucarados. Por otro lado, estos supuestos comestibles suelen ser muy baratos, y más ahora, con las subidas que han sufrido los alimentos frescos. El consumo de frutas y verduras, que había experimentado un cierto aumento en los últimos años, está retrocediendo "gracias" a la inflación. Aunque buscando siempre hay algún respiro, sobre todo recorriendo el Mercado Central, donde la variedad de oferta es mucho mayor. Hay, desde luego, productos comunes, pero también se encuentran frutas, verduras, quesos, pescados o carnes de distintas procedencias. Esta semana he encontrado unas patatas muy buenas y más baratas que las tan apreciadas "ojo de perdiz". Proceden de Sanlúcar, criadas en arena y son buenísimas para freír: salen crujientes y de un dorado muy claro; ni dulzonas ni blandas. También son estupendas para cocer, pues no se deshacen y quedan cremosas. Con ellas hacen en Cádiz las "papas aliñás", que aquí en Almería tienen una variante, con huevo duro y atún de lata. Conviene cocerlas con piel y pelarlas aun templadas, para que cojan bien el aliño. Y, por supuesto, con un buen aceite de oliva virgen extra.

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