Lo mejor que se puede decir, laboralmente, de lo que llevamos de mes, es que hay un puente el 12 de octubre. Por ironías de este año, resulta que al igual que el resto de festivos de aquí a 2021, cae muy bien, en lunes, aunque es difícil que lo disfrutemos. Desde luego, no como antes. Es más, vamos a pasar la mitad de los festivos intentando descifrar que podemos hacer y que no. Y yo, probando mascarillas. Resulta que con unas se empañan las gafas y con otras no.

Bueno, es lo que hay. Cuando era adolescente e imaginaba el futuro me veía aprendiendo a conducir coches voladores y llevando ropa tipo pijama ceñido todo el rato. Ahora que estoy en ese futuro lo que he aprendido es a lavarme las manos.

No hay que desanimarse, no obstante. Esta semana hemos conocido que el hada de la confianza en forma de dinero a cascoporro por nuestra condición de becarios de la UE, permitirá crear en los próximos años 800.000 empleos. Puede parecer que, con tantos fondos, la cifra se queda un poco escasa, pero el hada de la confianza ha venido de la mano del hada de la prudencia. Y, ¿en Almería? ¿el efecto tractor de la recuperación de otras zonas creará el empleo suficiente para volver a las cifras de paro no ya de 2007, sino de febrero de este año? Y ¿Cuándo?

Empezamos con octubre el, tradicionalmente, mejor trimestre para el mercado laboral almeriense. Conoceremos la tasa de paro del verano. No significara mucho dado lo rápido que avanzan los acontecimientos aun cuando llegaremos (otra vez tradicionalmente) al momento de mayor nivel de paro. Lo que no alienta el optimismo, no ya almeriense, sino nacional es que no hay ministros tuiteando el aumento diario de afiliaciones a la Seguridad Social.

Este mes, con esos datos, que completan los de desempleo registrado, 75.823 -unos 16.500 más que hace un año, en una variación interanual que, curiosamente, iguala la registrada entre 2007 y 2008 al inicio de la anterior crisis- son el suelo del que partiremos en la recuperación (no salimos de una recuperación cuando entramos en otra). Dicen que será en K, unos saldrán rápido y otros se hundirán. Como si no hubiera sido siempre así La mirada, sin embargo, no está en el final de año, sino en junio. Los ERTES que se inicien este trimestre acabarían la obligación de mantener el empleo como muy tarde ese mes. Parte del empleo que se esta sosteniendo -en la provincia había todavía 4.500 personas en ERTES al iniciarse octubre- es un empleo zombie. La pandemia, y su gestión es un guirigay que no anima al consumo. Nuestra mirada se dirige a junio

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