La Ciencia a nuestro alcance

Míriam álvarez Corral

La química frente al dolor

Uno de los innumerables ejemplos de la presencia de la química en nuestra vida

Es común oír mencionar a todos aquellos que tienen una cita para recibir la ansiada vacuna contra la COVID-19, la palabra paracetamol. Este es uno de los innumerables ejemplos de la presencia de la química en nuestra vida cotidiana. De hecho, desde tiempos remotos, el ser humano ha utilizado sustancias naturales para intentar curar sus dolencias.

¿Quién no ha tomado alguna vez una aspirina? La historia de este compuesto es un cuento fascinante sobre uno de los fármacos más exitosos. Además, es uno de los ejemplos más significativos de cómo las propiedades medicinales de un producto natural, pueden ser mejoradas a través de manipulaciones químicas. En el Antiguo Egipto, según consta en los papiros Ebers (1500 a.C.), ya se usaba una infusión a partir de la corteza del sauce como remedio para el reumatismo y dolor de espalda. Por supuesto, no se sabía nada de por qué era eficaz. Tuvimos que esperar hasta el siglo XIX, cuando llegó la madurez de la química, a que Büchner, consiguiese aislar de ese extracto al compuesto responsable de la actividad. El siguiente paso fue del químico Hermann Kolbe al prepararlo a escala industrial, y el empujón final lo dio Hoffmann, en la Bayer, sintetizando un derivado de esa sustancia: el ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina. Este compuesto tenía menos efectos secundarios que el original natural y además su síntesis era más barata que la extracción, reduciéndose su precio a una décima parte. La mayor disponibilidad hizo que se usase más por los médicos y salvase vidas. Ahora nos parece inimaginable, pero eran muchos los niños que hace un siglo fallecían por fiebre incontrolada.

A este analgésico de éxito le han seguido otros muchos, como por ejemplo los ya habituales en los botiquines de casa paracetamol o ibuprofeno, este último, preparado por primera vez por el químico español Ribera Blancafort cuando trabajaba en la compañía inglesa Boots. La lista es muy larga y su espectro de uso afortunadamente cada vez es mayor y más específico. Por ejemplo, todos aquellos que padezcan migrañas, pueden atestiguar, cómo mejoró su vida cuando aparecieron los fármacos de la familia de los triptanes. No quiero terminar este recordatorio sin mencionar uno de los analgésicos más potentes, la morfina, que tiene también una interesante historia incluida una guerra entre dos países, pero esa se queda pendiente para otro momento.

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