Mientras el mundo gira

Andrés Caparrós

El quite de Cayetana

El quite de Cayetana - Andrés Caparrós

“Quite.- Suerte que ejecuta un torero, generalmente con el capote, para librar a otro del peligro en 

que se halla por la acometida del toro”

Toda la corrida estaba siendo para el mismo diestro, quien por cierto, no demostraba mucha destreza. Andaba en apuros porque los morlacos acometían con la determinación de llevarlo a la enfermería antes de que sonara la orden de cambiar de tercio. Los veedores le habían informado de que las ganadería eran bravas, puros vitorinos y miuras. De modo que tendría que echar mano de todos sus recursos manejando el capote color malva de la mentira tanto como fuera necesario lance a lance. 

Pero ante tanta agresividad de sus oponentes  Curro Grande Marlaska perdía el sitio constantemente. Y, agotado su repertorio de largas cambiadas, miró a su alrededor muchas veces anhelando el consuelo de una mirada del presidente.

Pero el presidente no lo miraba porque el presidente no estaba. Y cada embestida equivalía a una tortura, incontables ya, mediada la mañana.

Porque la corrida se celebró en el Congreso, claro. 27 de mayo. Fracaso grande el de Curro Grande Marlaska. El eco de su fracaso estaba siendo y seguiría siéndolo, atronador. 

Sin embargo, la Plaza vibró súbita e inesperadamente cuando, sin pretenderlo, Cayetana Álvarez de Toledo le hizo un quite a ese eco malhadado que resonaba en las entrañas del ministro, al abrochar su interpelación al Vicepresidente Iglesias, que se había dirigido a ella con un reiterativo y avieso “señora marquesa”, con estas palabras dichas con la suavidad de una nana y el efecto certero del acero en la hora de la verdad:

“Hablando de aristocracia; por primera y última vez, le voy a decir Señoría que, como usted sabe, los hijos no somos responsables de lo que son nuestros padres ni nosotros, los padres, seremos del todo culpables de lo que hagan y sean nuestros hijos. Yo soy hija de un marqués. Usted es hijo de un terrorista que formó parte de los Grapo. Esa es su aristocracia, la de quienes quieren romper España”

El “quite” de Cayetana va de boca en boca, solapando los muchos pitos y las pocas palmas que el graderío mediático tendría que estar amplificando el deshonor de quien fue un buen juez y es un pésimo ministro en esta hora de nuestro desconcierto y nuestro descontento… mientras el mundo gira.

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