Lo del recibo de la luz

Señores comercializadores de la energía: no se empeñen en generar confianza con esos recibos tan complicados

Recuperado el sosiego después de mi exigua campaña de la almendra me permito me el lujo de dedicar un rato a ver cómo va eso del recibo de la luz. Primera impresión: Cuatro páginas con letra muy pequeña, varios gráficos a todo color, números con expansiones decimales considerables (hasta 6 dígitos) y alguna que otra fórmula muy compleja. Tras esa primera ojeada me acuerdo del anuncio de la necesidad de ser ingeniero nuclear para entender algo (esto por ejemplo). Y no soy ingeniero nuclear. Muchos datos y muy detallados y no debe uno pasar nada por alto. En vista de la situación, y no fiándome mucho de mí, recurrí a la ayuda de un tutorial ofrecido por la OCU que es de cierta utilidad. Empecé a entender algo de lo que me contaba. Pero es que nos encontramos ante unas cuatro páginas, con los datos ordenados según no sé qué criterio y uno no termina de aclararse. Y no digamos nada de intentar comprobar si las operaciones que allí aparecen son correctas. Por eso, vamos a darle un margen de confianza al ordenador que realiza las operaciones. Dadas estas premisas: ¿es posible comprobar solo con el recibo la energía consumida en cada uno de los períodos, y por tanto el montante del mismo? Claramente no. Por tanto, el recibo es farragoso pero insuficiente. No deja de ser una paradoja: un recibo complejísimo que es más incompleto de lo que necesitaría. Para ser completo tendría que detallar día por día no solo la energía consumida en cada uno de los períodos, sino el precio que la energía tuvo ese día. En este caso, pensaba yo, dada la lluvia de datos que nos ofrecen a diario, la extensión material del recibo tenía que ser kilométrica. Porque los precios del megavatio varían de día en día, bajando unas veces y sobre todo subiendo. Por otra parte, también cambian a lo largo de la semana los distintos periodos en los que los precios de la energía también cambian. ¿Cómo tendría que ser un recibo que me diera todos esos datos? Creo que todas estas exigencias hacen que controlar los costes de la electricidad que hemos consumido me resulte imposible. Por tanto, voy a darles un consejo, señores comercializadores de la energía: no se empeñen en generar confianza con ese batiburrillo de datos con esos recibos tan complicados. Desconfío plenamente de ellos. Solo cuando las noticias nos digan que han bajado mucho sus beneficios empezaré a pensar que el recibo, aunque fuera mucho más simple, refleja algo cercano a los justo.

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