Hay regalos envenenados que uno jamás hubiese querido ni siquiera para su peor enemigo y quizás en esas estamos. Es cierto que el sistema de pensiones se desploma. En estos últimos años el superávit que generaba la Seguridad Social, que iba destinado al Fondo de Reserva de la misma, se ha evaporado. La crisis así nos lo convidaba, nos decían. Pero ahora que han acabado esquilmados esos fondos para financiar las pensiones, se nos presenta un futuro incierto. Incapaces de llegar a un acuerdo quienes tienen la potestad de solucionarlo, seguimos esperando. Quizás, interesa; por la sencilla razón de que cuando más tiempo pase, menor capacidad de reacción tendremos. Y de ese modo, habrá que aceptar, de nuevo, una obligación que seguro que buscará esclavizarnos aún más a los intereses particulares de algunos y a las necesidades generales de otros.

Ahora nos invitan a ahorrar. Por lo visto el ciudadano que vive, en obra y gracia, en este respetado país, debe ponerse las pilas y apechugar. Nos hacen sentir culpables, incompetentes e insensatos. Nos asustan, nos imponen los miedos, nos marcan los límites de nuestros sueños -tienen la sartén cogida por el mango, lo saben y actúan en consecuencia- y nos venden como esclavos a las primeras de cambio.

Según los cálculos oficiales, en cada ejercicio económico, nueve de cada diez euros del gasto de la Seguridad Social van destinados al pago de las pensiones. Dicen que quieren que ahorremos, facilitándonos el acceso a aquellos Planes de Pensiones que lleven más de diez años. El puente de plata está tendido. Es fácil. Con esta medida, primero nos gastaremos los últimos ahorros que nos quedan. Expuestos a la intemperie, no podremos elegir nuestros designios -saben que el dinero llama al dinero y que el ciudadano se gastará lo poco que tiene -ya harán lo posible para arrebatárnoslo, con impuestos, por ejemplo. Con más subidas de la luz, del agua, de los carburantes, del I.V.A, del tabaco. Y si quedara alguna duda, nos aplicarán un gravamen por liberar el dinero que habíamos ahorrado en ese íntimo y secreto Plan de Pensiones. Una vez despojados de todo lo que tenemos, nos impondrán el modelo que siempre han deseado: el Plan de Pensiones privado. El dinero que antes se destinaba a este fin, será redirigido a algunas de sus empresas amigas o para seguir alimentando esta red clientelar que tanto mal ha hecho al sistema democrático y a sus estructuras económicas.

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