El sablazo andaluz

Son unos presupuestos malos de solemnidad, que cargan todo el peso en las clases medias y trabajadoras

Setenta millones de euros más es lo que le va a costar a la provincia de Almería la subida de impuestos que ha incluido el Gobierno andaluz en los presupuestos de 2020. El sablazo sale a razón de unos 100 euros más por persona y, por descontado, la crujida irá directa al bolsillo de las clases medias y trabajadoras. La política fiscal que han previsto PP y Cs deja meridianamente claro que, cuando gobierna, la derecha termina siempre beneficiando a los mismos. El Gobierno andaluz prevé una subida de los ingresos de 2.000 millones de euros, que se consigue, básicamente, con un aumento de 700 millones en los impuestos que pagan la mayoría de los andaluces, mientras a los más ricos se les rebaja la presión fiscal, con una bajada de 50 millones en el Impuesto de Sucesiones. ¿Y qué harán con todo este dinero recaudado? Crear empleo, de entrada, no mucho. El consejero de Hacienda ha asegurado que el año que viene podrán crearse 60.000 puestos de trabajo, rebajando así, de manera drástica, los 600.000 nuevos empleos que prometió el PP en la campaña electoral. Con ese supuesto aumento de ingresos tampoco van a mejorar la sanidad y la educación públicas, sino todo lo contrario. En el apartado sanitario, el presupuesto reconoce que, en 2019, el SAS ha acumulado un déficit de 326 millones de euros, por lo que sólo cabe esperar que sigan metiendo la tijera para equilibrar las cuentas. Habrá cero euros para más médicos, para más centros de salud o para más hospitales y, en el caso concreto de Almería, ya sabemos que el Materno-Infantil ni siquiera se abrirá por completo en 2020.

En cuanto a la educación, el presupuesto prevé una inversión de apenas 7 millones de euros para infraestructuras educativas en Almería, una cifra ridícula si se tiene en cuenta que el último presupuesto socialista contemplaba para este fin 30 millones de euros.

Estas cuentas, además, maltratan a los trabajadores públicos, ya que no se cumplirán los acuerdos que había alcanzado con ellos el anterior gobierno socialista, como la recuperación de la paga extra de 2013 y 2014 o las medidas sociales y conciliación. En definitiva, estamos ante unos presupuestos malos de solemnidad, que cargan todo el peso recaudatorio en las clases medias y trabajadoras, que no van a servir para crear empleo y que van a ahondar en la destrucción de los servicios públicos.

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