La tapia del manicomio

Desde san telmo al bobar

Para empezar hay calles en los que ya hace años que es imposible el "tránsito peatonal" y poder ampliar las terrazas

Las crisis suelen generar grandes héroes o aspirantes a serlo. El mayor ejemplo histórico lo tenemos en Ramsés II, hijo de Seti, quien tuvo la suerte de enfrentarse a sus tradicionales enemigos, los hititas, y vencerlos. O, al menos, de convencer a su "opinión pública" de que los había vencido. De pasar a la posteridad se ocupó él solo, construyéndose un modesto homenaje en Abu Simbel.

A pequeña escala, en nuestro país, bastantes alcaldes se han propuesto -eso sí, siempre con la mejor intención de fomentar la salud y la economía de sus conciudadanos- pasar a la modesta historia municipal y espesa, que dijo Rubén Darío. ¿Cómo? Pues fomentando el sostenimiento de los dos pilares fundamentales de la economía española: la hostelería y el turismo, doble objetivo que se puede alcanzar con un solo instrumento, en contra de lo que establecen las leyes de la economía. Y no hay que ser Keynes para concluir lo obvio: todos los problemas se arreglan echándole maíz a los pollos, esto es, dando mayores facilidades a la hostelería.

Sin necesidad de buscar ejemplos lejanos, ahí tenemos el bando que ha emitido nuestro alcalde en el que autoriza a bares y compañía a cerrar media hora más tarde y a que extiendan las mesas en la calle "ad libitum", como plaga de langostas. Incluso dice el bando que, si la fachada propia no les da para todas las mesas que quieran, "el crecimiento se podrá hacer en el sentido perpendicular (a la fachada) siempre que se garantice el tránsito peatonal". Para empezar hay calles en los que ya hace años que es imposible el "tránsito peatonal" (Padre Alfonso Torres, Jovellanos, Trajano antes de su inmediata peatonalización…) y es imposible ampliar la superficie para las terrazas. Es un tremendo problemón, una ruina total, por lo que, con el espíritu de colaboración e innovación que tenemos acreditado, proponemos algunas soluciones: poner altillos a las terrazas, aprovechando los actuales tinglados metálicos (ilegales) que ya tienen muchas. Hacer terrazas verticales, igual que hay jardines verticales. Expropiarles el portal y la entrada a los vecinos de las plantas bajas. Aparte, claro está, de peatonalizar (terralizar) el 102,5 % de las calles del centro, considerando un centro en sentido amplio, un centro que llegue desde el castillico de San Telmo hasta la boca del río. Y a los vecinos que les den.

Otro campo en el que desarrollar ideas novedosas es el de parcelar las playas, pero ya no nos cabe esta semana.

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