El callejón del gato

Son santos

Con la misma desenvoltura hemos visto en un video a un individuo dando una orden al grito de "¡Sentencia!"

Lo más grave de las cartas con amenazas de muerte que recibieron el ministro de Interior Grande Marlasca, el presidente de Unidas Podemos Pablo Iglesias y la directora general de la Guardia Civil María Gámez, es que no se trata de un hecho aislado, sino de la última manifestación de una corriente peligrosa que se está desarrollando en España desde hace unos años. Todo empieza en el momento que se cuestiona la democracia, cuando vemos la desenvoltura con la que actúan algunos políticos de la oposición para deslegitimizar desde su escaño parlamentario a un gobierno que ha sido elegido democráticamente. Con la misma desenvoltura hemos visto en un video a un individuo dando una orden al grito de "¡Sentencia!", y a continuación al exmilitar que la ejecuta disparando con un rifle a las imágenes del presidente del Gobierno (ilegítimo) Pedro Sánchez, el vicepresidente Pablo Iglesias, los ministros Fernando Grande-Marlasca e Irene Montero, y al diputado de Unidas Podemos Pablo Echenique. Aunque se denunciaron los hechos, el magistrado de la Audiencia Nacional archiva la causa porque no ve que haya delito de odio, sino una manera de entretenerse "matando el tiempo". Hemos visto a un general de división del aire, hoy retirado, que no se conforma con acabar con este Gobierno (ilegítimo), sino que habría que matar a los 26 millones de españoles que han dado lugar, con su voto en unas elecciones libres, a su constitución. La ministra de Defensa remite a la Fiscalía del Tribunal superior de Justicia de Madrid el chat donde aparece el mensaje, pero la fiscalía decide archivar la investigación porque se trata de un chat de WhatsApp privado entre altos militares cuyas conversaciones no encajan en el delito de odio. VOX ha colocado un cartel de grandes dimensiones, estigmatizando a los menores extranjeros no acompañados, haciendo una comparación falsa donde aparece: "UN MENA 4.700 euros al mes, TU ABUELA 426 euros de pensión al mes". La fiscalía solicita la retirada del cartel como medida cautelar, pero el juzgado la deniega porque en este caso tampoco ve incitación al odio. La corriente a la que hago referencia se parece mucho al fascismo, pero, aunque hubo un tiempo en el que los fascistas se sentían orgullosos de serlo y se autocalificaban como tales sacando pecho, hoy es un título por el que alguien del gremio podría sentirse ofendido y colocarme en la lista. Prefiero no utilizarlo, que no está el hormo para bollos. Son santos.

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