Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

El señor Fuentes del PSOE ha hablado

Treinta y dos voces son muchas en reuniones donde no suelen hablar más de ocho, y al estilo de 'Maricarmen y sus muñecos'

Susana Díaz alardea de que no entra en la vida interna del PSOE, y es verdad: no entra porque nunca ha salido, es a lo que ha dedicado mayores esfuerzos, ha estado delante y detrás de todas las operaciones de acoso, derribo y enaltecimiento de dirigentes socialistas andaluces y nacionales, y lo ha hecho con tanta pasión y tan poco disimulo que fue eso lo que le costó las elecciones primarias frente a Pedro Sánchez. Entre sus propios tejidos y el traje de andaluza que otros le diseñaron, llegó a esas primarias aupadas por todos los notables del Antiguo Testamento socialista como si fuese una Virgen del Rocío. Su derrota tuvo algo de crueldad.

Pero después llegó lo peor, lo serio, lo de las cosas del comé: perdió la Junta de Andalucía, que hasta entonces había ido una administración socialista; diseñada y desarrollada por el partido que le dejó una impronta seria, de ahí las prisas de Elías Bendodo por sustituir el logo de la bandera (a mí siempre me pareció la madre Teresa de Calcuta) por esa A de Álvaro Moreno, que es el modisto que gusta a los malagueños y el que ha vestido a los vigilantes de la playa de 1.900 euros al mes.

Pero Susana Díaz ya no decide cuándo se entra en la vida interna del PSOE andaluz, y a los Tres Sudamericanos -Mario Jiménez, Ángeles Férriz y María Márquez- se le están uniendo diputados y senadores para tener, al menos, una alternativa preparada para cuando se celebre el congreso del PSOE andaluz, en 2021 o ya veremos si 2022.

Hasta ahora, los críticos de Susana Díaz se reunían bajo el epígrafe de "fuentes socialistas" y hasta los pedristas de la primera hornada estaban cansados de que nadie pusiera nombre y apellidos al malestar. Los Tres Sudamericanos, sí, éstos han sido tan abiertos que están siendo castigados de modo permanente en el grupo parlamentario de la Cámara autonómica: por mar, tierra y aire y, si se puede, por la vía del bolsillo.

Para que los tres no hablasen, Susana Díaz convocó esta semana una reunión de la interparlamentaria de todos los socialistas andaluces que tienen escaños en cámaras legislativas, pero sin la autonómica, y se encontró con la petición de palabra de 32 de estos cargos, de los cuales 23 realizaron alguna intervención crítica. Asistieron unos 45. Esto es mucho. En las reuniones del PSOE andaluz suelen hablar ocho, pero al estilo de Maricarmen y sus muñecos.

Aun así, la dirección susanista tendrá que celebrar la interparlamentaria de verdad, con los tres condenados al ostracismo presentes.

Quizás no sean más que los susanistas, pero ya no son tan muditos.

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