El sentido de la vida

El sentido de la vida es un sentido múltiple y subjetivo (evolutivo, camaleónico), sujeto siempre a los cambios que se producen

Cuando aparece en nuestra mente esta pregunta debemos saber que en realidad es la traducción de otra pregunta clásica: ¿qué es el ser? Ese interrogante se ha formulado de diversas formas a lo largo de la historia con el empeño de saber a dónde vamos, de dónde venimos, si hay un principio único que lo resuma todo, etc. Encontrar un sentido a la vida es un planteamiento que surge en algún momento de la vida humana para saber si la vida, de quién se lo pregunta, está justificada o no. Tener una existencia no justificada termina siempre en un problema emocional. No hace mucho tuve un programa de radio cuyo único propósito consistía en hacer precisamente esa pregunta a los invitados. Y durante dos temporadas encontré una multitud de respuestas de las que se pueden hacer una investigación. Para hacer un resumen me quedaré con tres. La primera de ellas me la dio un profesor de filosofía universitario. Me dijo que el sentido de la vida siempre es un sentido histórico porque intentamos ampliar o modificar el sentido de la vida de los que estuvieron antes de nosotros. En otra ocasión una persona, muy amante de la poesía de Federico García Lorca, dejó constancia de su similitud argumentativa. Para él el sentido de la vida era el mismo que el del poeta: sencillamente vivir. Algo tan simple y contundente me dejó muy satisfecho. Pero hubo otra respuesta mucho más poderosa que me dejó estupefacto. A la pregunta de cuál era el sentido de la vida una persona me dijo que no había un único sentido sino varios, o al menos no debería haber solo uno. A la largo de nuestra vida vamos cambiando el sentido de la misma. Eso significa que vamos evolucionando y que vamos adaptándonos a nuevas circunstancias. Precisamente por eso, en diferentes momentos, debemos cambiar el sentido de nuestra vida, que no deja de ser siempre un sentido personal. Obcecarse en un único sentido seria anclarse en una fase de la misma vida y eso nos impediría crecer. Por eso debemos ampliar nuestro horizonte y plantearnos que quizás la razón por la que nuestra vida no está justificada es porque esta misma ha cambiado (o nosotros) y ya no encaja con nuestras creencias. Bajo esa perspectiva solo nos queda cambiar el sentido y buscar otra justificación existencial. Esbozando una conclusión, el sentido de la vida deber ser un sentido múltiple y subjetivo (evolutivo, camaleónico, realista)

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