La sociedad de la ficción

La hiperconectividad ha creado una ficción de la realidad que nos hemos terminado creyendo todos

El otro día, pensando en voz alta sobre la sociedad de la información, me salió inconscientemente el título que figura en este artículo, como mejor definición de nuestra sociedad. Después confirmé conscientemente mi conformidad con esta idea. Habida cuenta de lo dicho continuaré aquí mi reflexión. Entendemos como sociedad de la información aquel ecosistema, lleno de innovaciones tecnológicas, donde vivimos. Estas innovaciones posibilitan la rápida difusión informativa. Esta circunstancia viene de los años 80 gracias a internet, considerando la sociedad de la información como la era postindustrial donde la producción y el acceso a poder tienen vías más amplias para el desarrollo. Este modelo social ha sido clave para el desarrollo de nuestra economía global por la gran conectividad a todos los niveles y estratos. No obstante, eso ha modificado nuestra perfección de la realidad pues el aprendizaje ahora es forzosamente audiovisual, y lo es en más medida que el textual. Igualmente, si bien el crecimiento social se ha multiplicado, no está tan claro que haya sido de forma sostenible y atendiendo a términos como la libertad individual y la dignidad. Y también está otra cuestión: si esta sociedad produce comunicación o si crea comunicación. Si la sociedad de la información está en las redes sociales, en los buscadores, y en los medios de comunicación, y estos son propiedad de centros de poder económico y/o político está claro que no se informa sino que se crean/fiscalizan informaciones para hacer prevalecer el poder de esos grupos. Y si todo esto es así, todo está alterado y no existe la información veraz, sino la intencionada. Ergo esto ha girado a otra clase de sociedad: la de la ficción. Se crean noticias a posta para mantener el poder a través de la apariencia. Lo vemos a diario con los Fake News y las posverdades, y etc. La hiperconectividad ha creado una ficción de la realidad que nos hemos terminado creyendo todos. Habitamos en un mundo creado por la sociedad de la información. Y eso hace más urgente que nunca el pensamiento crítico como única vía para la libertad y el acceso a la realidad. Pero debo decir que este medio, en el que escribo, es diferente. Destaca por su autonomía e independencia, por su veracidad y honestidad. Es distingo a la mayoría. Por eso puedo contar todo esto aquí. Al menos aún hay esperanza de una fuente leal.

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