Los 202 diputados del PSOE en las generales de octubre de 1982, marcaron un hito en la historia, hecho que no se ha vuelto a repetir, al ser la primera mayoría absoluta de la democracia, que permitió un Congreso de Diputados con un 57% socialistas. Felipe González, abogado, lideró al partido. Se estableció la "inalcanzable victoria del felipismo".

El PSOE logró mejorar un 65% los resultados y se hizo con ochenta escaños más que los 122 obtenidos en 1979.

El partido socialista con el slogan "Por el cambio" concretó la necesidad de que "España funcione, logrando diez millones de votos". No obstante, esos votos no eran sólo socialistas, sino de otros sectores por el cambio.

Estos votos de "confianza e ilusión desmedida" fueron un respaldo sin precedentes. Los españoles confirmaban el deseo de renovación. En 1982 España vivía en la resaca del intento de golpe de Estado. Desde el partido se quería abanderar una nueva etapa de libertad, a pesar de las muchas dudas de la derecha y de los comunistas. Pero la presencia de Felipe González allanaba el camino. "No sólo era el líder del PSOE, sino que era la esperanza del país". La debilidad manifiesta que presentaba la Unión de Centro Democrático, el partido liderado por Adolfo Suárez, coincidió con una etapa de crisis de un país carente de héroes. "Ese papel le correspondía a Felipe González, el político de más alta talla que ha tenido este país. Tenía un carisma especial y una forma increíble de transmitir las ideas". Además de Felipe González mereció especial énfasis Alfonso Guerra, dirigente andaluz con un lugar preferente en el olimpo político. Entre los titulares de escaños habitaban algunos ministrables como Almunia, Jesús Caldera, Corcuera, Fernando Morán, Javier Solana o Solchaga. Con esta victoria se inició la consolidación del PSOE como alternativa de poder, con un deseo de cambio que se construyó sobre un enorme esfuerzo que fue la Transición protagonizada por Suárez.

Treinta y siete años después coincidimos en señalar que "cumplimos un sueño" y "vimos como la puerta se abría a la esperanza". González despertaba muchas simpatías y había un partido "cohesionado" y "vertebrado". Por estas fechas, por mucho que nos pese a los socialistas, hay que reconocer que estamos desdibujados de aquel socialismo.

Salud.