La tapia con sifón

La tapa del vino

El confinamiento ha resultado ocasión de vicio como la relectura, la holganza o la degustación de buenos vinos

En México llaman botanas a los aperitivos o acompañamientos para la bebida. Lo que aquí llamamos tapas. Las historietas (que no historia) sobre el origen de "tapa" son conocidas, pero me preguntaba de donde salía botana. Lo he buscado en diccionarios y similares, y hasta los años cuarenta, sólo aparece botana como parche o tapón que se pone en las roturas de los cueros o las botas. Estas definiciones siguen la que daba Covarrubias en su "Tesoro de la lengua castellana o española" de 1611: "Ombliguillo de boj o de otra madera que se echa en la rotura de la bota o el cuero." En los cuarenta aparece en el María Moliner, en la 6ª acepción de botana: "Méx. Tapa, aperitivo". Pero seguía sin saber la etimología. Hasta que releyendo el Quijote en estos días de encierro obligado he encontrado la palabra botana en el episodio en el que don Quijote se lía a cuchilladas con unos pellejos de vino. El ventero, indignado, reclama los gastos de posada -incluidos los de la visita primera, que los dejaron a deber- y los desperfectos, "aun hasta lo que pudiesen costar las botanas que se habían de echar a los cueros rotos". Es decir, los parches que tendrían que ponerles a los odres agujereados por la espada del caballero manchego.

Los mexicanos, que conservan un gran tesoro de palabras antiguas, han tomado la acepción primigenia de botana -tapa de un agujero en la vasija- para nombrar la tapa para el agujero que el vino (y no digamos el tequila) hace en el bebedor. Es un ejemplo de metonimia que, como saben los que se examinan estos días de Selectividad, consiste en designar una cosa con el nombre de otra con la que tiene relación espacial, temporal o lógica. Otra metonimia en el Quijote: Sancho y Ricote comen cosas saladas, entre ellas "un manjar negro que dicen que se llama cabial, y es hecho de huevos de pescados, gran despertador de la corambre". Lo salado pide beber, el vino iba en botas (corambres), lo salado despierta las ganas de vino. Así que, menos rollos con la sobada historieta de tapar el vaso con una raja de embutido o queso, que se achaca a reyes de las más dispares épocas históricas. Se trata de la tapa del recipiente del vino, pero no del vaso, sino del odre o la bota.

Y en estas cosas se entretiene uno. El confinamiento ha resultado ocasión de vicios como la relectura, la holganza o la degustación de buenos vinos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios