La toma de Granada

Como con el Rey, a mi me daba igual pero ahora ya casi que me iría a tremolar

El Pendón es un día señalado en la agenda de festivos/no festivos de Almería. También es un día señalado, muy cercano al otro por cierto, en la agenda de Granada. En Almería capital torna de feriado a no según los vaivenes de la sinrazón por lo que al coincidir con el día siguiente al día de Navidad todo el mundo planifica compras y necesidades que no van a ser satisfechas ya que también es feriado. A las 8:30 de la mañana del 27 de diciembre en la autovía de Almería a Granada y a su paso por Huéneja el termómetro del coche marca las temperaturas inauditas de -5º y -6º y cuando paras a tomar un café en un bar de carretera, después de comprobar lo que es el verdadero frío invernal, la camarera te dice que no puede servir café porque las tuberías están congeladas. En Almería (apenas a 70 km de allí), no sabemos que es lo que quiere decir y/o cómo es posible. El día del Pendón o de la toma de Granada es el día de la polémica estéril. Llegará el día que celebremos la conquista de la Península por los musulmanes. Y si no, al tiempo. 500 años después seguimos en zarza, es decir, no se ha terminado la Reconquista, ni la conquista, ni la guerra civil, ni nada. Si rédito político, perfomance payasa. A ver, que antes no había tantos ultraderechistas ni monárquicos. A base de disparar, afloran los fusiles. Pendón también tiene otras acepciones como recuerda inispiradamente un compañero de este grupo editorial y el trémolo también, tremolar, sinónimo de aflorar para protestar, nadie descubrió a nadie, nadie conquistó a nadie, nadie tiene ningún género. Todo es éter. La moda se viste de brunch en las terrazas del frío in y en mesas altas la gastronomía vuelve sin casticismos y todo destila un aire de suficiencia indie y hipster y por eso yo estoy allí por un error de cálculo del destino que ha dejado una rendija por donde se cuela un garbancero de pro que no pinta nada allí. Tampoco pintaba nada aquí ni en ninguna parte. Solo consume manjares extraños en diseños amables de escaparates efímeros. Todo ha cambiado para seguir igual. Como con el Rey, a mi me daba igual pero ahora ya casi que me iría a tremolar. A fuerza de extremar, nos extremamos todos y extremo por extremo, todos ciegos y extremistas. El cielo está extremado, quién lo desextremará. Ninguno de los que salen en los telediarios. Los moderados no son rentables. Es el voto, y es la supervivencia del yo, stupid.

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