República de las Letras

La trinchera andaluza

De costurera del partido, aquella noche Susana salía de Ferraz como carnicera que cortaría por lo sano

La trincherada en Andalucía, en "su" Andalucía, apoyada por los aparatos provinciales y el regional, dominadora de una televisión a su servicio y reconocida por la mayor parte de los medios de comunicación del sur del país -incluida la cadena de periódicos que publica el que usted, lector, tiene en las manos-, encastillada en la secretaría general del PSOE y la presidencia de la Junta, Susana Díaz se dispone a plantear a Pedro Sánchez la segunda gran batalla de esa guerra entre ambos que comenzó justo la noche en que ella perdió las primarias y él fue elegido secretario general por la mayoría de la militancia socialista. Ya lo dije: aquella noche Susana Díaz comenzaba a afilar los cuchillos de la venganza. Primero había que preparar un congreso a su medida. Luego, unos congresos provinciales proclives, no a sus ideas, a su persona. Y finalmente unas ejecutivas provinciales fieles a su facción. De costurera del partido, aquella noche Susana salía de Ferraz como la carnicera que cortaría por lo sano para acabar con el pedrismo en Andalucía -los casos de Ximo Puig, García-Page, Fernández Vara o Lambán fueron distintos: ellos perdieron las primarias en sus territorios, tenían que entenderse con Pedro-.

La clamorosa derrota de Díaz aquella noche infausta no le impediría seguir viviendo de lo que ha vivido siempre, del partido y de la Junta, y, fiel, en cambio, a los golpistas de su partido, se dispone ahora a recuperar mediante la maniobra, la martingala y la componenda lo que perdió en las urnas. Poco le importa la unidad del partido que, dijo, le importaba tanto. Le importa su propia estabilidad, su continuidad y su seguridad en "su" zona. Y ahí la acompañan todos los personajes que sólo se mueven por esa idea. Algunos de ellos incluso son especialistas en mantenerse entre facciones, fieles únicamente a sí mismos -de estos tenemos en Almería alguno que ahora pasa sus vacaciones pensando, pensando, pensando… si Pedro fuera de Andalucía y Susana dentro, o sólo Susana; nunca sólo Pedro, pues eso sería arriesgado-. Así ha sido siempre: la historia de este partido está llena de divisiones, banderías y líderes enfrentados, en permanente contradicción entre lo que sus siglas pregonan y los hechos. Mientras tanto, según la encuesta del CIS de Julio, el nuevo PSOE recupera votos y se acerca al PP peligrosamente. El de Pedro Sánchez digo, no el viejo PSOE de Susana Díaz.

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