22 de enero 2025 - 03:08

Quiero ser extraño, y que todos me adoren, como David Lynch. Hacer todo al borde del fracaso comercial y seguir siendo él mismo, para que todos los modernos digan que soy guay. Ver series sólo para que digan que estoy en la onda, que soy moderno, que no soy un antiguo, que si lo que mola es David Lynch, decir que soy un adorador de la serie Twin Peaks, aunque no la haya visto. Como siempre ocurre, cuando se muere alguien es el momento de empezar a conocerlo profundamente. Mientras están vivos ya ni siquiera sabes si están vivos o muertos. Hay gente famosa o importante que está viva y piensas que está muerta y al contrario, gente importante o famosa de la que piensas que está viva y realmente murió hace años. Luego están los que piensas que están muertos y es que realmente están muertos y aciertas porque son a los que más homenajes le hacen. En mi sección de hoy, quién ha muerto hoy, David Lynch ocupa un puesto especial. No vi Twin Peaks y ahora quiero verla. No he visto entera ninguna película de David Lynch, bueno, no es verdad, he visto El hombre elefante y creo que un par de veces, es decir, lo vi, hace tiempo, pero creo que oh, David Lynch no era David Lynch, es decir, no era el mito de la modernidad, es decir, todavía no había hecho Twin Peaks, ni falta que le hacía, solo era un buen director. El hombre elefante fue esa película de adolescencia que te engulle en las profundidades de lo raro y era entonces eso, el raro y a la vez el bueno. También quiero ver Dune entera y zambullirme en el mundo galáctico sin galaxias, dándome cuenta de que las películas extrañas no tienen que ser un taquillazo o una serie de episodios interminables y a la vez sin sentido. Empezar por la mitad y luego inventarte lo de antes, la puñetera precuela y empezar a hacerte un lio con todo y hacer añadidos y recortes para que vayas cogiendo la onda a todo como si fuese un continuo de la que debes conocer todos los pormenores. En este caso, ves Dune y como fue un relativo fracaso, está ahí sin más, esperando a ver si aprecias sus oquedades, sus vacíos, su sinsentido íntimo, como todo Lynch, esperando a ver si descubres toda su mediocridad intensa. Querer ver todo con pasión, en un deseo que dura una semana todo lo más, con la ambición de querer abarcar todo lo interesante y no parar, ese deseo que decae según pasan los días o reverdece en un instante, una noticia, una necrológica.

stats