Luz Belinda Rodríguez

Parlamentaria andaluza de Vox

Más vale solo

Más vale solo que mal acompañado se puede trasladar a casi todas las facetas de nuestras relaciones sociales

El refranero español es uno de los más ricos del mundo: podemos acudir a él para casi cualquier situación. Y más aún si a lo que nos referimos es a las compañías que nos pueden llegar a rondar en nuestra vida. Más vale solo que mal acompañado se puede trasladar a casi todas las facetas de nuestras relaciones sociales. Las relaciones sentimentales o la amistad, por ejemplo, son dos de las que más ocasiones nos ofrecen para recordar o recordarnos que en ocasiones andar solo el camino evita que podamos acabar metiendo el pie (o el cuerpo entero) en un agujero del que sea difícil salir. La toxicidad también en el ámbito laboral está a la orden del día. Individuos que te rodean y que con la herramienta de la sonrisa o repitiéndonos constantemente que "es por nuestro bien" se dedican a meternos palos en la rueda o a maquinar a nuestra espalda con el fin de dañar nuestra reputación o, directamente, a nosotros mismos en el ámbito de lo personal. En muchas ocasiones es mejor andar solo que con personas que se levantan todos los días pensando en su beneficio personal sin importar a quien destruyen o a quien pueden llegar a arruinar su vida. Y además de todo lo anterior, no debemos olvidar que de la mano de estos manipuladores tóxicos e interesados que no conocen los escrúpulos, es que llegan muchas veces las depresiones, las crisis existenciales o la somatización producto del estrés que acaba afectando a nuestra salud física.

Seguro que todos conocemos muchos casos en los que hemos tenido que recordarle esta frase tan útil a alguna de las personas que nos importan de verdad. Los vemos paseando o colaborando con gente que sabemos que no tiene buenas intenciones y, en un apartado, les aconsejamos que se alejen a tiempo, antes de que sus acciones acaben ocasionándole daños que pueden llegar a ser irreparables.

Los perfiles destructivos no solo nos pueden afectar en lo personal, sino que también podemos poner nuestro criterio y nuestro honor en entredicho por las acciones de estas sanguijuelas que nos cruzamos en el camino. También nos lo habrán dicho a nosotros muchas veces, y para comprender el alcance de nuestra sabiduría antigua, solo tenemos que pensar en las pocas veces que se equivocaron realmente. Eso me digo yo muchas veces: mejor sola que mal acompañada. Y siempre sin miedo a explicar por qué me alejo de según que personas cuando ando mi camino.

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