E STE artículo no tendría ninguna finalidad, si una parte de la sociedad apelara al sentido de la responsabilidad. Estamos sufriendo las consecuencias de una pandemia a nivel mundial, que tras un proceso de confinamiento se pasó a una desescalada y poco a poco a una apertura racionalizada de normalidad entre comillas, pasando a una etapa que debe alertarnos, aun mas, ante este covid diecinueve; pero sorprendentemente para muchas personas parece que se abrieron las puertas del redil, como si estuvieran sometidos por pastores que les marcan el camino, ¡pues entérense que sufrimos el ataque de un virus! y que a pesar de los consejos de las autoridades, tenemos que hacer uso de nuestra capacidad de pensar, y me estoy refiriendo a aquellas personas que escupen las cascaras de pipas en las aceras, que se quitan los guantes de la compra y los tiran en la calle, que no guardan la distancia de seguridad, que tiran papeles al suelo, que no usan mascarilla y pasan rozándote cuando paseas por alguna de nuestras avenidas; en definitiva, tengo la sensación de espacios invadidos por la muerte andando, pues bien, pensemos en los demás, y lo digo por mí y todos aquellas personas que somos más vulnerables a esta epidemia, por lo tanto la mascarilla, y más ahora, se ha convertido en una prenda de vestir; pero para que esto se lleve a cabo, hay que hacer uso de lo que yo llamo el valor "relativo", y que va a depender de nuestra posición en el mundo que nos rodea; y por otra parte, el valor "absoluto", que forma parte de nuestra personalidad, que es intransferible y que nos caracteriza de una ética analítica de la moralidad, de aquellos factores que guían la conducta humana y que deben estar implícitos en nuestros deberes diarios y en aquellas estructuras de poder social, y es aquí cuando entra en práctica la moral normativa que está constituida por aquellos hechos y reglas que se deben llevar a cabo, o que socialmente se admiten como hechos que deben ser; por otro lado, la moral fáctica constituida por aquellos actos humanos que realizamos indebidamente de cómo debían ser realizados. Recomiendo recordar el "Imperativo Universal" de Kant, basado en un ensayo, cuyo el título "La paz perfecta" que tenía como objetivo el bien común.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios