Más de lo mismo, entre dimes y diretes se desenvuelve la política de este país caracterizada por la sinrazón de los políticos, nadando entre desconformidades que explican el malestar de la ciudadanía y los abucheos de los sanitarios del hospital la Paz. Es lo que sucedió durante la visita de Pedro Sánchez y el ministro Illa, a lo que ambos mandatarios respondieron con la callada por respuesta y cierta mirada desafiante, ¿quizás la misma callada del ministro a la invitación de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, convocándole para la inauguración del centro especializado en pandemias Isabel Zendal? Una presidenta de talante temperamental que no solo ha plantado cara al presidente del gobierno a la hora de barajar la pandemia, sino que se ganado respecto de Pablo Casado, que sigue apoyándola. Pero esto lo considero pecata minuta con la palabras de Pedro Sánchez, que afirma que es normal que existan diferencias con su vicepresidente segundo Pablo Iglesias, alegando que vienen de formaciones distintas, cuestión obvia, y expresiones que los ciudadanos conocen por boca suya, ya que en su día comentaba en una entrevista al periodista Ferreras que "no podría dormir con Pablo Iglesias en el gobierno", pero esto no paso de ser una mera expresion; lo que ya no es tan lógico es que teniendo la responsabilidad de gobernar y de llegar a un consenso, haya creado un clamor popular de desaciertos, justificando de forma enmascarada las miserias de su gobierno y del señor Iglesias, que en su estrategia de llevarnos a un Estado plurinacional, donde cada cual pueda campar a su aire, por lo que pienso que mientras que este gobierno y se le llene la boca de Bildu y ERC, aunque les avalen un puñado de votos, como mínimo, estaremos ante acciones poco decorosas y tendremos que aguantar palabras como las de Arnaldo Otegui pronuncio: "Dando el sí a las cuentas del Estado, habremos dado un paso más hacia la Republica Vasca." Quiero decir, que no me siento representado, ni represento partido político alguno, más que por aquellos que defienden los derechos y deberes de la ciudadanía; por eso, que sepa la ministra Celaa, que esto no se consigue atacando la escuela y a la lengua, por lo que apelando al viejo refrán de "divide y vencerás" habremos caído en la trampa de estos interlocutores y en la dificultad de reconstruir España.

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