Libertad Quijotesca

El viaje a Ítaca

Cavafis nos enseña que somos responsables de nuestras vidas. El viaje a Ítaca es nuestro proyecto de vida

Todas nuestras vidas transcurren por los caminos del viaje a Ítaca. Constituyen este contradictorio periplo. En el Mediterráneo de los siglos XIX y XX, navegó un poeta griego entre los puertos de Alejandría y Atenas, alcanzando también las costas de Inglaterra y Francia: Constantinos Petros Fotiadis Cavafis. Compuso una apasiónate obra poética felizmente traducida al español por Pedro Bádenas de la Peña, filólogo, traductor e investigador del CSIC, cuya especialidad es la literatura clásica Bizantina y Neohelénica. Quiero recordar el protagonismo que tiene Almería respecto a la relación de Hispania con Bizancio, siempre resulta interesante adentrarse en este capítulo de nuestra historia. Traducir poesía es una tarea sumamente compleja y meritoria, por lo que la labor de P. Bádenas merece nuestro mayor reconocimiento. Pienso que Ítaca (1911) es uno de los poemas más hermosos que se han escrito acerca de la existencia humana. Bellísima carta de navegación, mapa para el pensamiento y la reflexión, que tanto necesitamos en nuestros días, en realidad, ¿alguna vez nos podemos permitir la insensatez de abandonarnos a la autocomplacencia? Cavafis es uno de los más destacados poetas universales, por los temas que trató y por la originalidad de la que supo revestirlos. Bebió de las fuentes de la cultura clásica grecolatina, ahondando con maestría en el análisis de los sentimientos y la vida interior. Nos recuerda con amplitud de argumentos que somos responsables de nuestras vidas. La libertad, y la justicia que significa, dependen eternamente de ello. Comienza el poema "Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, seres tales jamás hallaras en tu camino, si tu pensar es elevado, si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo". Que nadie nos robe nuestro viaje por la vida, nada ni nadie justifica ni legitima semejante maldad. Mucho menos dogmas ideológicos o lideres mesiánicos. El barco en el que navegamos requiere de nuestra libre y responsable individualidad para poder construir una sociedad solidaria, capaz de pervivir superando las tormentas que se nos presenten y dando ejemplo para aquellos que vengan después de nosotros. La muerte es incontestable, no obstante, la vida es tenaz y constante abriéndose paso.

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