Metafóricamente hablando

La victoria de Samotracia

Aquella figura que se mostraba imponente en una ilustración de su libro de francés, le dejó sin palabras

Desde el momento en que sus ojos se posaron en ella, quedó vivamente emocionada ante su deslumbrante belleza. Aquella figura que se mostraba imponente en una ilustración de su libro de francés, le dejó sin palabras. La espléndida escultura de mármol era, a su parecer, la máxima expresión de la cultura y el refinamiento helénico, representando la imagen del poder y de la decadencia, a partes iguales. Perfectamente tallada hasta el más mínimo detalle, obra sin duda de un maestro indiscutible, mostraba junto a la belleza de su figura, las mutilaciones propias de la destrucción de una cultura, que una vez fue derrotada y aniquilada. Ese pensamiento le trajo a la realidad actual, a este momento, a este lugar, a las circunstancias que se estaban desencadenando de forma inopinada, quizá, como le sucediera a algunos atenienses, cuando atónitos contemplaron la caída de su imperio, representada de forma figurada en la decapitación de su maravillosa escultura, esa que hoy recibía, con sus alas desplegadas, a los miles de visitantes que acudían diariamente al Museo del Louvre. La Victoria de Samotracia, impresionante aún sin cabeza y con sus cicatrices a flor de piel, era la más firme representación de una historia que se repetía una y otra vez a lo largo del tiempo. La historia de la humanidad poco había cambiado con el paso de los siglos, siempre era igual: caía un imperio, después de alcanzar el máximo esplendor en las artes, las letras, la filosofía o la ciencia, para dar paso a otro que lo aplastaba bajo las botas ensangrentadas de sus ejércitos. Pensó que así la cultura helénica acabó sucumbiendo, siendo suplantada por el Imperio romano, quien a su vez, cayó en manos de "los bárbaros del norte", a quienes no pudieron domeñar, y así sucesivamente hasta nuestros días. Sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, acababa de entrar en el Louvre, la belleza de la estatua era tan impresionante que casi pierde el aliento, nunca pensó que pudiese sentir algo así. No podría acertar en qué fase del imperio contemporáneo se encontraba, ni siquiera podía saber cuál era hoy el imperio dominante y cual el llamado a caer. Quizá China fuese el imperio emergente y los Estados Unidos el del ocaso?, o tal vez se trataba de la caída del sueño Europeo, que nunca llegó a ser? O quizá todo a la vez? Cuál sería la Victoria de Samotracia que alguien en el futuro admiraría y en su contemplación podría apreciar el esplendor y la decadencia, como si de un todo se tratase? Se detuvo bajo la bella escultura de alas desplegadas y mirando fijamente a la cámara se hizo un selfie, quizá alguien dentro de mil años, o quizá más, mirando esa fotografía, se hiciese las mismas preguntas que ella se estaba haciendo ahora mismo.

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