Me apetece hablar de mis antepasados: por ejemplo, por parte paterna, recuerdo al primo José "El Feo" que un buen día cogió la ¿maleta? y se fue "pa'lemania", de donde vino una o dos veces.

Así mismo, me apetece recordar a la prima Ela, por cierto, con mucho estilo para llevar las "faldas de tubo" y subirse al autobús con una técnica muy depurada, para no mostrar de sus bonitas piernas, nada que ella no considerara conveniente lucir. Ela y su marido marcharon recién casados a Barcelona, donde según Carlos Cano, Almería tiene medio corazón. Vinieron unas cuantas veces, cada vez más espaciadas y cuando falleció su madre: la Tía Emilia, se dieron por finalizadas las visitas.

También recuerdo uno de "los Cornetas", primos de mi madre, y de quienes no se si Plácido o Joaquín, quien se convirtió en parte de ese trozo de corazón que tenemos en Barcelona. Por cierto, como el resto de sus hermanos, magníficos pica-pedreros. Buena prueba de ello es el empedrado que hicieron de la Plaza El Bendicho. Ahí me paraba yo a inspeccionar la obra de camino del Instituto al Colegio San José.

Por lo tanto, no es de extrañar que ayer domingo, mientras pensaba en este escrito, me viniera a la cabeza, y escuchara con atención, con mucha atención, la canción del Emigrante, de los Celtas Cortos, de la que entresaco: "Esta es la vida del emigrante …//… Coge tu vida en un pañuelo / Con tu pobreza tira pa'lante …//… El polvo del camino / Cubre tu rostro amigo …//… Un dios maldijo la vida del emigrante / Serás mal visto por la gente en todas partes / Serás odiado por racistas maleantes / Y la justicia te maltrata sin piedad / Todos hermanos, todos farsantes / Hacen mentiras con las verdades / Buscas trabajo y tienes hambre / Pero no hay sitio pal' emigrante …//… Si encuentras el camino / Si encuentras tu destino / Tendrás que irte a ese lugar / El polvo del camino / Cubre tu rostro amigo / Con tu miseria a ese lugar …//… La tierra de occidente, ya no tiene vergüenza / Arrasa nuestra tierra, nos roba la riqueza / Qué bien se come de restaurante / Cuánta miseria pal' emigrante / Qué bien se come de restaurante / Cuánta miseria pal' emigrante…"

Con esos antecedentes familiares, tanto por parte materna como paterna, amén de otros Sánchez por Méjico y Argentina, ¿cómo no me va a gustar evocar recuerdos a los sones de los Celtas Cortos? Si lo analizamos con un poco de detenimiento, lo malo sería no tener esos recuerdos y los sentimientos que me provocan, que afortunadamente son los que siempre me han empujado a "tirar p'adelante". ¡Lo malo sería que se me quitaran las ganas de "tirar p'alante"

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