La tapia con sifón

Lo que viene

De momento, la hostelería "clásica" no ha bajado sus ventas, incluso las aumenta un poco

El jueves se presentó el Club de Marketing Almería con una interesantísima conferencia de Diego Coquillat: "Una nueva era en los restaurantes". No es que el fondo fuera enteramente nuevo, pero el abrumador acopio de datos puestos al día, junto con un inteligente análisis, le permitieron dibujar el panorama del futuro inmediato en la hostelería. Y en la alimentación en general. Lo primero que cantan las cifras es que vamos a un escenario en el que el personal compra cada vez más la comida preparada. La cosa va como una moto: por primera vez, las ventas de comida preparada han superado a las de alimentos en tiendas. En "comida preparada" se incluyen restaurantes y bares, comida para llevar (TAF, take away food) o entregada a domicilio (delivery). El grueso del tremendo ascenso de ventas se debe a delivery y taf. El negocio de vender comida para consumir en casa (o donde uno quiera) es tan gordo que grandes empresas no relacionadas directamente con la comida están metiéndose de lleno. Gigantes como El Corte Inglés o Ikea ya tienen taf y delivery. Y se espera que lleguen ya mismo Amazón y similares "angelitos". De momento, la hostelería "clásica" no ha bajado sus ventas, incluso las aumenta un poco. La verdad es que algo se veía venir, al menos para los interesados en el sector. Yo les explicaba a mis alumnos de la Diplomatura de Turismo, hace veinte años, estas formas de restauración -catering, taf, delivery- que estaban surgiendo. Pero lo contaba como incipientes, que funcionaban en USA y otros países ricos y que seguramente se potenciarían en España a medio plazo. Pues ya están aquí y los datos de Coquillat, abruman. Y si todos suben, algo baja: se cocina mucho menos en casa. Por eso se compran menos alimentos en las tiendas y sube tanto el negocio de vender comida lista para engullir. El gran desarrollo de lo digital favorece la relación cliente-vendedor de comida. El reto, según Coquillat, es que el hostelero consiga usar también esas herramientas digitales para captar y fidelizar clientes. Y, añado yo, que la comida que te den en el bar o el restaurante sea auténtica y mejor. Porque para comer un plato congelado y recalentado en el restaurante, se lo compra uno en el super y se lo come en el sofá viendo la tele. Hay otras consecuencias de esta situación de las habrá que seguir hablando.

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