De la violencia hacia las mujeres

Acabar con la lacra de la violencia de género es una tarea muy difícil. Va para bastantes años que se intenta

E L terrorismo machista se cobra diaria, semanal y anualmente docenas de víctimas. La frialdad de los datos así lo muestra. Y los asesinatos lejos de reducirse, siguen equilibrados, no obstante, este pasado año se han contabilizado cuatro asesinadas menos que el año 2020, y hasta 30 menos que las 73 que se contabilizaron en 2010, que es el año más dramático de la serie histórica, datos del Ministerio de Igualdad.

Es lo que habían pronosticado los expertos y desgraciadamente se ha cumplido. Estos asesinatos, estos hombres matando a mujeres, hijas e hijos, son las formas de violencia más extremas, las que nos conmueven, las que nos aterrorizan, las que nos interrogan. No se trata de asesinatos provocados por enfermedad mental, ni por consumos de alcohol o drogas. Son provocados por la perversa manera de entender las relaciones.

Hay que llamar la atención, una vez más y desde este suelto, no me cansaré de escribir sobre la necesidad de que toda mujer afectada por violencia machista presente denuncia ante la policía o bien ante los juzgados, ya sea directamente o a través de familiares, ya que es el mecanismo por el que se ponen en marcha las medidas de protección y ayuda.

El dolor por el asesinato de cada mujer nos golpea cada día y también muchas veces con ellas sus hijos e hijas o también asesinan a sus hijas e hijos y a ellas no, pero esta situación de nombre "violencia vicaria" las matan a ellas en vida.

Ante despropósitos varios, hay aún quien se pregunta qué ocurre para que los asesinatos lejos de reducirse "sigan estacionados en cuantía", y qué falla en las políticas de igualdad para que los roles y estereotipos sexistas pervivan.

Acabar con la lacra de la violencia de género es una tarea muy difícil. Va para bastantes años que se intenta, las medidas legales y asistenciales se perfeccionan, las victimas están cada vez mejor atendidas, pero no se logra reducir masivamente el número de agresiones. Este es un fracaso como sociedad. Ya va siendo hora que nombremos a estas situaciones como el título de este suelto: violencia a las mujeres, terrorismo machista.

Mujeres libres de violencia, vidas libres de violencia. Es una petición fácil de comprender, fácil de asumir y tan difícil de llevar a la práctica. Solo una efectiva igualdad entre hombres y mujeres será capaz de poner fin a la violencia que sufren ellas por ser mujeres.

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