Autovía del Almanzora, un paso más

Veinte años hace que se puso la primera piedra de la Autovía del Almanzora y, todavía hoy, lo hecho es prácticamente nada

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía autorizó el martes un gasto de 39,4 millones de euros para las obras del tramo de la Autovía del Almanzora comprendido entre el enlace del Cucador (término municipal de Zurgena) y la intersección de la carretera A-7106 (término municipal de Huércal Overa). El proyecto, en palabras del consejero de Fomento de la Junta, Felipe López, da continuidad al tramo entre Albox y El Cucador y supone "el compromiso de la administración autonómica con esta infraestructura, largamente demandada y aún por concluir". Mientras el ejecutivo andaluz y los socialistas almerienses sacaban pecho de lo que supone la autorización, en el Partido Popular, su presidente regional, Juanma Moreno, dejaba claro que la decisión del Consejo de Gobierno es un acto administrativo más, "puramente electoralista, dados los tiempos en los que estamos". La realidad, como en otras muchas ocasiones, no es tan dulce como la pintan aquellos que gobiernan, ni tan amarga como nos quieren hacer los que buscan ocupar San Telmo tras las elecciones del 2 de diciembre. La Autovía del Almanzora es un viejo sueño de esta provincia, más deseado si cabe por los habitantes y las empresas radicadas en esta próspera comarca. Hace la friolera de 20 años que se puso la primera piedra y, a día de hoy, tan sólo podemos disfrutar de una mínima parte de esta infraestructura. El tiempo siempre se erige en juez de aquellos que prometen y luego cumplen con cuenta gotas o, simplemente no cumplen. Y en el caso que nos ocupa la administración andaluza tiene en su debe demasiadas promesas incumplidas, demasiadas palabras que se ha llevado el viento y excesivas apuestas y titulares que luego se quedan en eso, en papel mojado. No le falta, por tanto, cierta razón a aquellos que ven la decisión gubernamental como un acto administrativo, al que le falta demasiado para convertirse en máquinas trabajando en el tajo. Aún así, no está mal y bienvenidos sean todos aquellos pasos que se den, aunque sean pequeños, en la dirección de ejecutar los trabajos. El Almanzora se lo merece. Una tierra ninguneada en demasiadas ocasiones, una tierra de promesas incumplidas, en la que sus habitantes han sido capaces de crecer y prosperar, pese a las constantes trabas que unos y otros de forma permanente les imponen. La Autovía es una necesidad innegociable, una promesa a cumplir cuanto antes, no desde el Consejo de Gobierno, sino desde la o las empresas que hace mucho tiempo que no debían haber abandonado las obras hasta concluirlas.

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